viernes, 31 de julio de 2009

“JAPICHO DE LA PROVINCIA” Un homenaje a Javier morales (+)

El último agosto, Huari nos recibió como siempre hermoso, con sus tardes de topacio y arrebol , con vientos frenéticos y polvorientos que hacían volar la imaginación y la memoria cual cometas viajeras dibujando caprichosas figuras en los senderos del tiempo; con hermosas y libérrimas mujeres que saturaban con su aliento de retama los senderos; y con melancólicas sementeras agonizando de tedio por la vacuidad de los días, preñadas de ganados yaciendo en el sopor de la tarde.

En insospechado paseo, con Don Japicho, longevo amigo de todos, por la polvorienta y desaliñada circunvalación, lentamente sin rumbo y sin norte con ese automatismo que encarrilaba nuestros pasos por los entrañables senderos del ayer, contemplábamos la ciudad desde lo alto. La vieja ciudad que conserva indemne sus fortunas y carencias, fulgores y sombras. Sus buenos años de itinerante existencia, paseando por quedos, afables, y reposados parajes; por ariscas, cerriles y bravías cordilleras; y por áridos y marchitos páramos, dejaron en él un emporio exquisito de vivencias que con inusitada nostalgia evocó aquella tarde. Habló de su feliz infancia, de su mocedad, del terruño, de la patria chica que para él no es otro sino el lugar donde su madre le amamantó por primera vez. Mientras tanto, los minutos discurrían en lenta travesía, la tarde sucumbía y desde los techos se alzaban humaredas ¡Era la hora del Lonche! .La caja de cigarrillo se consumía lentamente y la tarde menos ágil y vital nos abrazaba y refugiaba como en aquellos lozanos y memorables crepúsculos estudiantiles. Los autos en un ir y venir interminable trasladaban presurosos a la gente del campo haciendo sonar sus corteses bocinas.

-Qué fácil es desplazarse ahora, antes, a pie o a lomo de bestia, hoy hay carreteras para todos lados, comentaba, al tiempo que sus glaucos ojos aguzados se entretenían repasando las cumbres que llenas de caprichosos atajos descubrían sin recelo sus mudas y tortuosas cornisas. Allí estaban Marcajirka, Llamoj, Illauro, Huaritambo y hacia el occidente las mansas cumbres que circundan y vigilan la gran Laguna, aquella que desde pequeños oíamos referir con admiración, temor y misterio: Purhuay.

- recordará Ud. Con mayor razón Don “Japicho” esas ¡célebres noches de luna! -le dije - cuando ésta irrumpía en nuestras calles y solares opacando a las tenues y oscilantes luminiscencias del precario alumbrado público de nuestro otrora pueblo, donde nuestros padres en enésimas tertulias que dejaban a su paso remansos de ternura en la intimidad familiar, nos contaban sugestivas historias.

– Si pues. ¡En mis tiempos con mayor razón! No existía la televisión, la luz era racionada y precaria, las familias tan prolíficas y las calles rebosantes de muchedumbres. Al llegar la noche después de la merienda, los padres y abuelos nos descubrían los cuentos y leyendas de duendes como el Achicay y de lagunas encantadas las mismas que escuchábamos medrosos y asombrados, en especial de Purhuay y sus seductores y arcanos encantos, que en algunas oportunidades se prolongaban hasta los primeros gallos, construyendo en nuestra mente un escenario fantástico, sin embargo para nosotros pequeños aún, ignoto. De manera que cuando ingresábamos a la escuela frente a la alegre propuesta de un paseo, aparecía como destino natural, manso y unánime: Purhuay, Sin conocerlo todavía, dibujábase misterioso y exótico en las parcelas oníricas de nuestras feraces horas estudiantiles.

¡Que noches caray! -Continuó- En el esplendor del sereno desde los viejos patios iluminados, en los románticos solares se alzaba el vapor de los jazmines, Bugambilias Madreselvas y Cantutas. ¡El aire parecía de diamante y en el cielo había más estrellas que nunca!. -Añadiendo con resignación- Mira el cielo “Ni las estrellas escapan a la ruina de la vida, ahora hay menos que hace cincuenta años”. ¿Qué tiempos aquellos verdad? preguntaba, intentando reconstruir el esplendor de antaño con las cenizas de sus nostalgias.

La elucubración vespertina se teñía de sentida e inevitable nostalgia que asolaba de silencio la alegre charla; a lo lejos el rumor del viento y el monótono rugido del río Ranrachaca dejaban escuchar sus sombrías melodías; por el oriente la luna, confidente y cómplice de mil pecados y deudas de amor, se alzaba ineluctable en el firmamento como las hostias indulgentes de los pecadores, aplacando el ceniciento anochecer. La caminata lenta y difusa nos había llevado hasta Huangá, paraje de casitas dispersas y pastoriles .Cuando de pronto, el trote de los caballos fracturó nuestra amena charla, parecían centauros y se acercaban a todo galope siendo difícil distinguirlos en la lobreguez de la flamante noche.

-No vayan ser abigeos, me advirtió temeroso.

-No creo, parece ser “El Gato”, empedernido cazador de venados, vive en una de esas casitas… Sí es él, va cargando en aquel viejo jamelgo un enorme venado decapitado.

Sin ocultar su sorpresa, recordando sus vivencias de cazador alardeó: En cuanto a venados amigo, no hay “gato”, ni “zorro”, ni nadie que haya escrito una historia tan épica como la que labramos en las líticas praderas y gélidas aguas de Purhuay allá por los 80. En verdad no creo que haya algo así. Reiteró convencido. Ni siquiera la dualidad que encarnaba el espectáculo cuando Monseñor acechaba al venado: ““Primero aguzaba la mirada para cerciorarse si era un macho, se arrodillaba, rezaba un Padre Nuestro mirando al cielo invocando perdón, una contrita persignación, para luego apuntar y disparar inmisericorde abatiendo al noble animal que estrepitosamente se desplomaba” se le podía comparar

- ¿Tanto así? Le dije.

- Por su puesto amigo. Es una historia larga. Vale para escribir una novela. Pregúntale a Vito Pretel, a tu hermano Gino. También estuvo el finadito “Piti”, fue espectacular: ¡Un venado nadando en las gélidas aguas de purhuay y cuatro inexpertos tratando de cazarlo. Hubo de todo, emoción, peligro, suspenso y decepción. Sucedió en la primavera del 85.Concluyó, prometiendo contármelo, salvo que el destino le depare “la inmensa fortuna de perder la memoria”.

Tal vez algún día no muy lejano -me dijo- vuelva por Rurichinchay Jacabamba, Purhuay, Reparin, Chonta, parajes que amé y amo cautivamente, iré para recoger los pasos de mi vida errante, aquellos pasos idolatrados antes que el viento de la muerte me lleve en piltrafas.;aunque el bobo ya me falla correré el riesgo. Y por último murmuró aspirando el sahumerio de vivencias antiguas que le desgarraban el alma: Dime amigo, “¿acaso es tarde para morir de amor?”. Su estremecedora frase quedó esculpida en mi mente como el preciso epitafio de una charla inolvidable. Apuramos el paso, eran cerca de las siete de la noche, las pías campanas de la catedral tañían alegres llamando a misa…
(Crónica de un paseo en agosto del 2006 con don Javier Morales amigo entrañable de mi hermano Gino. "Japicho" falleció en el invierno limeño del 2008)

martes, 28 de julio de 2009

UN PASTOR DESPISTADO

El cardenal Cipriani pastor de la iglesía católica, cree apacentar , piaras, jaurías o tropilla de cabras ariscas incapaces de interpretar su mensaje tendencioso y encubridor que buscó -según parece- matar dos pájaros de un solo tiro : Uno, deslegitimar y desprestigiar las justas demandas del pueblo peruano en especial amázónico a quien le niega inteligencia y le discute su derecho de protestar y reclamar frente a lo que considera erróneo y arbitario; y dos, golpear a un frente extranjero "hostil para el gobierno de turno" en el que ve el origen de todas las protestas.

La homilia de hoy, que la cabeza de la Iglesia Católica Peruana discurceó con mística cadencia, resulta a todas luces un "Discurso político" inaceptable para los católicos como yo, que sienten que la religión católica y cristiana es en escencia un frente multicolor de hombres, una grey que congrega seres humanos sin distingos y fundamentalmente -por doctrina- es la iglesia de los desposeidos, sufridos, desvalidos, marginados que buscan clemencia en Jesús, el hijo de Dios, que se inmoló por nosotros; y en María la madre iintercesora ante el Dios supremo que sufrió por su hijo amado, víctima de los fariseos y Saduceos.

No es la primera vez que el Primado de nuestra iglesia se despacha a su antojo y exhibe una lectura -adrede- equivocada de los organismos de Derechos Humanos y de las justas protestas del pueblo peruano flagelando así su dignidad y libertad . Haría bien el ínclito pastor en dedicar su prédica a la mayoría de los peruanos a los que no les llega la bonanza y blandura de estos tiempos de farra, juerga y boato neoliberal con petroaudio y coctel mafioso incluido.

El Perú que Alan García y Cipriani ansían es un Perú lleno de estoicos sordomunos, sin voz ni aliento, sin alma y sin cuerpo; un país repleto de tolerancia masoquista que facilite el paso de la voraz comparsa para hacer y deshacer con nuestros recursos naturales, nuestro presente y futuro, y nuestra propia historia !QUE TAL LISURA!

Ahora entiendo con más claridad - y con dolor católico - a mis alumnas, todas mayores de edad, del CEBA en donde laboro, por qué no profesan la religión católica y han ido en busca de otras confesiones . Hoy me asaltan los mismos demonios que encabritaron y avivaron en el gran Manuel Gonzalez Prada, su intolerancia religiosa
Que Dios y la Mama Huarina me absuelvan.

!FELIZ DIA DE LA PATRIA!

lunes, 27 de julio de 2009

"UN DOMINGO DE FUTBOL"

El reencuentro con viejos amigos tuvo el sabor de fútbol o mejor dicho de buen fútbol . Y cómo no tener esa sensación al compartir la tarde futbolera con destacados deportistas de la talla de Carlos Huerta Asencios "Millqui" Juan Vidal "El negro" Edwin Avendaño "Wico" y mi señor padre. Todos apostados en la tribuna del longevo y maltratado estadio del glorioso "Gonzalez Prada" hinchando por el combinado huarino, junto al tio Wenceslao Avendaño, el Maestro Glicerio Trujillo Agüero el Comandante PNP Andrés Mendoza Lora, paisano y amigo nuestro, y mi gran amigo Fernando Mejía. La tarde pintaba hermosa no solo por la naturaleza y su clima tan impredecible y veleidoso que nos regaló a raudales la calidez de sus rayos solares y su refrescante, furibunda y fugaz lluvia , sino también por el contagiante optimismo de la afición..

Se jugaba la fase provincial de la Copa Perú. el campeón yungaino Vs el "Pontó FB Puchca" Sub-campeón huarino. Un partido de trámite discreto y parejo con algunas jugadas de peligro en ambas áreas conjuradas por los guardametas de regular performance. A nuestro representante le bastaba ganar por uno a cero para clasificar, desafortunadamente el score final de dos a uno a nuestro favor, obligó ir a la tanda de penales que nos fue adverso y por lo tanto quedamos eliminados.

Más allá del resultado del encuentro hay cosas puntuales que destacar, criticar y sugerir: Destacar la masiva asistencia del público huarino al estadio que, lució un lleno de bandera y el buen comportamiento de la afición honrando así la tradición del público huarino siempre comprometido con su equipo, pero respetuoso y hospitalario con el visitante; criticar el pésimo estado de nuestro estadio por la desidia e indiferencia de la autoridades de nuestro querido colegio, situación que asoma tan notorio que me es imposible sustraer mi opinión y parecer ; por último sugerir a los dirigentes y entrenadores de los equipos apostar por nuestros jóvenes valores. Si bien es cierto es bueno reforzar las líneas de un equipo mas no en desmedro de los nuestros, así lo hacían los grandes equipos en las decadas pasadas: "Los amigos del Puchca", "Atletico Minero" "San Juan", "Caritas Huari" coronaron brillantes campañas con jugadores, en su mayoría, natos de la provincia , sin colmar sus equipos con jugadores fóraneos que más de las veces, y eso hay que decirlo, no sudan la camiseta.. .

Finalmente recordar a las autoridades municipales que hay una deuda pendiente:: La construcción de nuestro Estadio Municipal, deuda y oferta que tiene que cancelarse yá, sin dilación, así lo exigen la afición y pueblo huarinos.

viernes, 24 de julio de 2009

NUESTRAS SERENATAS

El tiempo sigiloso conserva en sus raídos armarios entre polvo y risas más de un recuerdo que al traerlos al presente, convertidos en anécdotas nos alegran, encantan, y espantan años , lustros, décadas que, abrumados de porfiadas polillas ansían pulverizar lo andado. Y es entonces que las imágenes cobran vida , claro lo que ayer aconteciera por el lugar que ocupa en el tiempo y el espacio no deja de ser imposible de colegir con el tiempo presente, porque desde entonces a la fecha, demás está decir, ha corriido mucha agua bajo el puente, sin embargo, por qué no contarlo? Cómo olvidar aquellas SERENATAS incertas de un repertorio selecto e idílico que, encandiló a nuestra generación en hermosas noches y parcas madrugadas; cómo olvidar el disfrute indescriptible del sobrio, taciturno y apacible paisaje nocturnal huarino con su límpido cielo, celaje que embeleza con su insomne luna, el tiritar de las estrellas y el raudo e inopinado meterorito del buen angurio.

El escenario era en verdad embrujador, y los actores cofradía de románticcos soñadores que al pie de taciturnos balcones estropeaban el silencio de las serenas noches con huaynos, valses, pasillos, boleros y pasacalles; todos ellos matizados con glosas aprendidas de lo más selecto de la poesía romántica, recordado compendio del exquisito parnaso que marcó nuestra época juvenil llamado: "Hablemos de amor" de José Godard . Allí están: las almás soñadoras de Pablo Neruda, José Angel Buesa, Federico Barreto, Amado Nervo, Julio Sesto., etc
Aquellas serenatas bullangueras con ráfagas poéticas, eran capaces de sacar de sus madrigueras o madrigal hasta a las beatas que a diario se golpean el pecho pensando que así tocan las puertas del cielo.
Y como para confirmar nuestra imperfectibilidad les comparto esta anécdota fruto de un desliz acaecido en la ya lejana noche estival huarina de finales de los 80 en instancias de una alegre serenata en una estrecha calle "Yanacanchina": Después del usual ensayo en la casa de Javier Solís Barrón "Rachy" nos dorigimos en alegre tropel rumbo a nuestro idílico destino, abajo del aposento de la hermosa huarina de cabellos rizados y cara angelical. que robó nuestro cariño -cuyo nombre compuesto no revelaré por obvias razones- Prestos y entrenados con los instrumentos bien afinados y la gutural afiatada con el mate de coca y sendas copas de anisado Beltrán Apostados debajo del balcón de la linda "Yanacanchina"; por un error involuntario e imperdonable, a resultas de la ingesta un tanto exagerada del febril licor confundimos la elección del tema, pues luego de la magistral entrada de Alfredo Valencia y su inseparable guitarra salieron a viva voz estos versos impertinentes para la ocasión: "Linda milagrina qué tienes, por qué no me miran tus ojos..." La respuesta indignada de la destinataria no se dejó esperar: Una tibia lluvia dorada cargada de sal y úrea se precipitó sobre nuestra alegre tropa interrumpiendo el pegajoso huaynito y castigando así el tremendo extravío, que como ustedes entenderán, ofendió a la dulcinea "Bartolomina" que por su belleza, gracejo y donaire fue el motivo de nuestra serenata. Quisimos resarcir el exabrupto, pero fue demasiado tarde, la guitarra mojada y por ende afónica y el desabrido aroma del liquido de marras. arruinaron nuestra devota y noble intención. El tema elegido para ella debió sonar: así : "Desde Tucuhuaganga te estaré viendo, todo lo que haces linda..." !clamoroso error!
Y entre hurras del recuerdo, sonrisas que se empañan con las lágrimas del alma, sólo quedan como obleas los recuerdos para contarlos con la pluma indeleble del cariño sobre páginas doradas, que así fueron nuestras SERENATAS en nuestra linda tierra.

miércoles, 15 de julio de 2009

Los Goles, los veíamos por la Radio ( recordando al gran Miki Rospigliosi)

I Parte

Huari, el escenario fastuoso de nuestra infancia, transitaba parca, silenciosa, desolada y fría durante nuestras vacaciones escolares. En las noches llegaban nuestras acordadas, por ende, habituales reuniones en el Parque Vigil. Pachín, el más puntual, se encargaba de llamar casa por casa a toda la mancha de la cuadra, su silbido característico se filtraba por los pronunciados y cómplices resquicios del portón, para luego deslizarse al comedor que, repleto de alegría, a pesar del frío invernal, era testigo de las amenas conversaciones sobre algún tema de actualidad que papá proponía.
Cuando escuchábamos el consabido silbido, junto a Gino, mi hermano mayor, cesábamos de opinar automaticamente, apurábamos la merienda; y ante una señal previamente acordada nos dirigíamos con sigilo, so pretexto de ir al excusado, rumbo a la cita habitual.

Una noche fria de aquellas, víspera de un crucial encuentro deportivo, a las 7.00 de la noche, ya la esquina del movimiento bullía de camaradería. Pachín, Pullún, Chipín, Gino, etc sentados en la vereda de la tienda de doña Elsa Guzmán, y enfrente, junto a la “Botica Valencia” los mayores , alumnos del Colegio unos y universitarios que llegaban a pasar sus vacaciones, otros . Era en verdad un auténtico reducto de camaradería, tanto así que, además de nosotros dábanse cita al otro lado de la esquina, próxima a la vivienda de doña Pancha, las señoras de la vecindad comentando las inquietantes comidillas y culebrones de entonces.

llegado ya el último de la "gallada" - inolvidables contertulios de la infancia- nuestro próximo destino era el parque Vigil, Allí, el pasearse en su perímetro es costumbre de los citadinos sean estos niños, jóvenes o adultos. Para nosotros era una manera de matar tiempo hasta que llegue el “Tío Papi” con su Radio Philipis de 4 bandas y ocho transistores bajo el sobaco. En aquella noche lo necesitábamos con urgencia, pues el día siguiente jugaba la selección peruana en Santiago de Chile por las eliminatorias al "Mundial de Argentina 78". El partido resultaba crucial para las aspiraciones peruanas, nos bastaba un empate para clasificar.

El Tío Papi era un erudito en temas de fútbol, algo así como la catedral del deporte huarino, una eminencia que dominaba el tema al dedillo; y en esta noche, más que nunca requeríamos sus apreciaciones de cara a tan importante justa .

Como siempre, a las 8 de la noche , con puntualidad inglesa aparecía por la calle San Martín rumbo a su trinchera de costumbre ubicada en la misma esquina del parque, trinchera de donde se avistaba la "Cruz de Chullín" el cerro "Tucuhuaganga" y el cielo veleidoso tapizado con la niebla blanquecina y escurridiza propia de la estación invernal: Con su paso arisco, trotón y de aspera melodía que, quebraba el mónotono murmullo de la noche invernal huarina; bien abrigado con su poncho de lana color habano y al compás de la marcha característica del programa deportivo “OVACION” dirigido por ese entrañable y gran periodista Don Alfonso “Pocho” Rospigliosi; y que se transmitía en radio “El Sol” desde la capital de la República, llegaba en hora puntual.

Como no podía ser de otra manera , el tema excluyente era el decisivo encuentro de Santiago de Chile, de manera que, después de nuestro habitual saludo, el resto era silencio, salvo en los intermedios comerciales en los que asomaba briosa y llena de sabiduria la cátedra del tío, desafiando y enmendando la plana a los comentaristas del programa en mención. Las apreciaciones de . Enrique Valdez, Miguel Portanova, Koko Cárdenas, Elejalder Godos, Lucho Graos, y de Miki Rospigliosi – que hacía sus pininos- hasta del mismo Pocho, eran una zapatilla comparados con sus lúcidos y agudos comentarios. Eso sí, cualquier contradicción nuestra, equivalía a la expulsión o a un cariñoso puntapié de -como se autoproclamaba él- "El más grande cañonero que el fútbol huarino haya dado" bautizado como "Perfumo" en clara alusión y comparación nada menos con el notable futbolista argentino de los años 60 y 70.
Las más ardorosas polémicas sucedían al terminar la programación. El comentar los goles y los artífices de los mismos, quebraban la siempre apacible y fraternal noche. Como no contabamos con señales de TV los goles los imagínabamos por las descripciones magistrales de don Lucho Izuzqui, relator del entrañable programa.. Sin embargo, había uno de los nuestros que rompía la regla y se instalaba en los dominios de la videncia: Era Pachín, capaz de ver los goles y explicarlos desde su concepción hasta su culminación, con lujo de detalles, con admirable convicción por lo que, después de cada anotación o jugada polémica tenía la patente de corzo para explicarlo . Más tarde cuando tuvimos la oportunidad de ver las retrasmisiones de aquellos goles en la capital de la República, comprobamos con nostalgia y alegría, que sus apreciaciaciones se sitúaban muy cerca de lo acontecido. Aunque, lamentablemente, ese arcano don le costó, más de una vez, recibir las duras "caricías" del querido tío Papi o mejor dicho, "Perfumo"...

lunes, 6 de julio de 2009

FELIZ DIA MAESTROS DEL PERU (Reflexiones)

El maestro José M. Antonio Encinas Franco, afirmaba desde su reflexión en lógica andina lo siguiente: “El Cargo mas elevado que un ciudadano pueda desempeñar en una sociedad democrática, es la de ser maestro de escuela”, en efecto, los maestros del Perú ocupan el cargo más elevado, ya que guían el fortalecimiento de la sabiduría humana desde las leyes naturales de la madre naturaleza: Reciprocidad, complementariedad, proporcionalidad, y solidaridad, aspectos aceptados y defendido por el pueblo andino.

José Maria Arguedas, indicaba que el profesor no puede ser un colonizador más, debe ser un autodeterminado quechua, educar desde el quechua, para la nación quechua, además nos entrega un cuadro estremecedor de ese Perú hervidero de las más diversas y complejas formas de cultura, paisaje de contrastes raciales y sociales, que él supo interpretar con exactitud documental pero sin el más mínimo sacrificio de su encendido y hondo lirismo.

El maestro Encinas manifiesta “Cuando la sociedad actual se sacuda de su egoísmo y de los prejuicios que anquilosan sus mas vitales funciones, y deje la rutina y se transforme en un líder social, entonces el magisterio habrá sobrepasado en importancia a cualquier otra actividad humana”, es decir la tarea no es solamente del maestro si no también de la sociedad, el pueblo debe hacer suya las luchas del maestro.

También criticaba: “Los maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia, ni hemos hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma de dinero significa solo el pago a nuestros servicios técnicos profesionales, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugnan. Quien cree que el maestro debe callar, obedecer y trabajar, está en un grave error y comete un atentado contra la dignidad humana. El maestro es ante todo y sobre todo un mentor social”

Del mismo modo el Amauta José Carlos Mariategui, afirmaba “El maestro es por naturaleza un político: por lo tanto tiene la función de hacer política en la docencia y docencia en la política” el maestro y maestra no debe dedicarse solo a enseñar a escribir y leer, si no mas bien a desarrollar el pensamiento critico reflexivo en los educandos con visión del mundo y una clara filosofía de la Educación Andina.

“No es posible democratizar la enseñanza de un país sin antes democratizar su economía y sin democratizar por ende, su superestructura política” decía también el Amauta José Carlos Mariátegui, y añadía que la descentralización no es una mera decisión política, es mas bien reconocer a las naciones que conviven en el territorio peruano, es decir las naciones Quechua, Aymara, en los Andes y Ashanina, awajun, wampi, shipibo y otros en la Amazonia.

El maestro Encinas y otros que como él, amaron y educaron a los niños y niñas con todo su corazón son con justa razón los maestros del Perú profundo. Entonces para poder decir que ocupamos el cargo más elevado, tendremos que haber pasado por todo un proceso de liderazgo social, no es solo contar con el titulo que nos reconoce como tal. El maestro de escuela, no es un intelectual de escritorio, es un mentor social que “Primero hace luego dice como hacer”.

El maestro y maestra debe comprender que la educación es “la complementariedad de saberes entre el educador y el educando” en relación reciproca con la naturaleza. Los maestros desempeñamos un papel fundamental en este proceso de cambio y camino a la autentica reforma educativa exigida por mas de 517 años.

Maestros del Perú, hagamos de esta fecha , un día de reflexión y profundo análisis de nuestra tarea frente a la patria.

¡¡¡¡ FELIZ DIA MAESTROS Y MAESTRAS!!!!

sábado, 4 de julio de 2009

ALICIA DELGADO: "Princesa y Pionera"

Alicia Delgado fue la pionera del huayno con arpa. Cuando asomaba, allá a finales de los 70, como la prometedora intérprete de la música andina con canciones que tuvieron gran suceso; no había que ser un zahorí para presagiar una rutilante carrera. Lamentablemente, para sus admiradores, su tormentosa y tortuosa vida privada y amorosa no ayudaron a consolidar, como debía ser, ese proyecto que, irrumpió con fuerza con canciones como. "En mi escritorio" , "Adiós blanca palomita" "Un fracaso en la vida" que merecieron la masiva acogida del público.

Como amante de la música andina, me queda la sensación que fue en cierta medida un proyecto que tuvo algo de trunco a pesar del indiscutible éxito que le acompañó. Su largo alejamiento, sus iindebidos devaneos y la exposición mediática en demasía, con morbo incluido, rasgaron la luz de su rutilante carrera musical cuyas proyecciones debían haber llegado seguramente a puertos más lejanos. Hoy nos ha dejado, en medio de un episodio dramático, luctuoso y criminal. Nos queda agradecerle por todo cuanto contribuyó para reivindicar la música andina, por las lindas canciones que nos regaló, llenas amor, desamor y añoranza, las mismas que hemos escuchado, cantado y bailado innumerables veces.

La escuché cantar en nuestro Huari, en la víspera del aniversario de la provincia en el 2007, percibí de cerca el cariño y adhesión de sus admiradores. Creo que era diferente a las demás cantantes de ese género; dígase, Dina paucar, Sonia Morales, etc. Era más auténtica y su estampa más elegante y proverbial que, .acreditaban con creces su nombre artístico: "La princesa del Folklor" Me quedo con esa imagen; y con la convicción que el horrendo y alevoso crímen no quedará impune, para que ella descanse finalmente en paz.