jueves, 14 de julio de 2016


EL ÚLTIMO RECITAL DEL “POETA DE LA ZURDA”

            Uno de los grandes privilegios de mi niñez y juventud, y   seguramente   de los niños y jóvenes  de mi época,  fue  ser testigo  de las últimas  grandes gestas  del balompié nacional  que le llevara a ser protagonista en los mundiales de fútbol de Argentina y  España. Cuando aún la TV era una lejana posibilidad y la radio  se ceñía más cerca de la gente, emocionados  escuchábamos  los partidos clasificatorios a los mundiales  de “Argentina 78” y, posteriormente,  a “España 82”. No hay emoción más grande que ver desfilar a tu selección en un Mundial y nosotros,  en las voces entrañables de “Pocho” y “Micky” Rospigliosi, de Oscar Artacho y Raúl Maraví, referentes de los programas deportivos “Ovación” y "Pregón deportivo” respectivamente, lo  vivíamos, disfrutábamos y  participábamos  con la mente y el corazón    en  aquellas memorables  jornadas.
        La brillante  y  gloriosa generación  de futbolistas peruanos  de aquellos años, tenía   en CÉSAR CUETO VILLA, “El poeta de la zurda”,  el “Loro”,  a su cerebral creador, aquel que  convertía  un encuentro de fútbol en un recital con toques sutiles  y elegantes.  Como  Neruda,  o vallejo,  o Benedetti,  hilvanaba versos,  trazaba líneas increíbles en el gramado.  Pocos jugadores proverbialmente elegantes como él ha dado el futbol:   pausado, inteligente, creativo e impredecible con la redonda  pegada  a los pies  escribía  poemas  para el deleite del respetable.
Cuando niños  y cuando jóvenes aparecía, para  nosotros los aficionados  huarinos, como algo lejano  e inalcanzable, aunque muy  cercano en nuestro cariño y admiración.  Años más tarde, en el 2006, lo conocí personalmente y la experiencia resultó  emocionante e  increíble.  Fue con ocasión de extenderle una invitación para un homenaje en nuestro terruño. Valiéndonos, para el efecto,  de algunos contactos, entre ellos un congresista cajamarquino y un amigo cercano del “poeta”,   pudimos ubicarlo, acordando encontrarnos en la cevichera “Mi Barrunto”  frente al estadio aliancista,  en la Victoria.  La empresa  resultó complicada por las múltiples tareas que tenía, principalmente  como catecúmeno en su iglesia, pero finalmente aceptó nuestra invitación  y  viajó  a Huari en octubre de aquel año, contando con el generoso auspicio de mi caro amigo Juancito Guevara.  
Fue así que “El poeta de la zurda”  llegó a Huari,  nuestro amado terruño,    un  09 de octubre del 2006  ante el entusiasmo  de niños, jóvenes y ancianos. Fue recibido   con todos los honores  por las autoridades y el pueblo huarino,  y en el salón consistorial de la comuna huarina se le distinguió   como  “Huésped  ilustre”,  entregándosele las “llaves de la ciudad”. En horas de la tarde su sola presencia  atiborró las graderías del viejo y destartalado estadio del colegio “González Prada”. La tarde futbolera huarina se engalanó con la presencia de uno de los más grandes futbolistas de la historia del fútbol  mundial, miembro distinguido de los “románticos del fútbol” junto a Platiní, Maradona, Iniesta, Valderrama y Andrea Pirlo.  
  Tuve la inmensa fortuna  de acompañarlo en su breve e inolvidable visita, tan así que en  horas de la noche de aquel día, con un pequeño  grupo de amigos huarinos, entre ellos mi hermano Gino y  William Lizardo y Willy Bar,   departimos breves  horas en su alojamiento. Respondió con atención y sencillez nuestras preguntas, nos habló de su paso por Colombia, de los mundiales de Argentina y España , del cariño del pueblo colombiano, contó  hilarantes anécdotas  como si fuera uno más de los nuestros.  También aquella noche, ante mi invitación,  se apersonó al local del  barrio  “San Juan”  que a esas horas  celebraba uno de  sus habituales  reencuentros de octubre y, ante el entusiasmo y aplauso interminable  de los presentes, firmó el “Libro de oro”, acto que quedará escrito  con letras indelebles en la historia de nuestra vieja y también gloriosa institución barrial.
Hoy, 14 de julio del 2016,  aunque tardíamente,   se le hará el  “partido de despedida” y  el pueblo peruano se pondrá  de pie para agradecer  la calidad de un artista y genio del balón. El héroe de nuestra infancia y  juventud, la leyenda viva del deporte nacional y mundial, comparado alguna vez con Maradona, se vestirá de corto  para recibir el justo y merecido homenaje, seguramente insuficiente, por lo que nos brindó en sorbos repletos de magia y belleza, de verso y poesía,  de humildad y sencillez. Será seguramente el recital de un viejo poeta que guarda en sus  anaqueles gloriosos   versos   románticos  antologados dentro del  parnaso futbolero mundial, de un deportista que nos enorgullece, que nos alivia el espíritu, que  nos conforta y consuela en estos tiempos de prolongadas sequias de triunfos deportivos  y, peor aún,  de ausencias interminables en los mundiales de fútbol.
Por mi parte agradecerle  su generosidad con mi familia, en especial para con mi hijo, cuando por  invitación  y recomendación  suya llegó a formar parte de la “Sub 17” del equipo aliancista. Nos abrió las puertas de su casa y nos apoyó con admirable desprendimiento en aquella experiencia inolvidable.
Con mi hijo Pasculy, Willy Bär, Carlos Huerta, mi hermano Gino y yo.
Con mi hermano Gino, mi sobrina Débora y mi sobrino Jean Pool.

Con  los  residentes huarinos  en  Lima y Huari.
El poeta y la mágica laguna de Purhuay

En el salón consistorial