jueves, 29 de marzo de 2018

JUEVES SANTO: "Crónica de esperanza"


 
Dra. Antonieta Vara  Palomino.

Hoy,  "Jueves Santo", hago  un  alto en mi  torreón imaginario  para  escribir  estas   líneas y regalarlas  a la Dra. Antonieta Vara Palomino de Zúñiga, esposa de mi caro amigo el maestro Homero Zúñiga Vidal,  una profesional intachable,   madre ejemplar  y   ciudadana proba, cuya impronta frondosa  es   inspiración para sus amados  hijos y,  en especial,  para  los nuevos docentes forjadores de la patria,  a los   que,  junto a su esposo,  ayuda  a  formarlos  en  su casa superior  de estudios ubicada  en la  ciudad de Huaral. 
Mujer decidida e inflexible, firme en sus propósitos, consecuente con sus ideales,  ha llevado sobre sus hombros fatigosos la noble tarea de  entregar a la patria grandes profesionales de la educación que,  desde hace más de tres décadas,  fructifican en los senderos intrincados, sinuosos, sin embargo, seductores de la docencia.  Su profesionalismo y el de  su eterno  compañero de mil batallas, han sostenido una empresa ganadora que se ha incrustado merecidamente en el corazón del “Norte Chico”  y es, sin duda, un patrimonio  inmaterial  de la ciudad de Huaral.
Hace poco, en una de las tantas charlas que solemos animar con el Maestro Homero, refirióme conmovido y  con la fuerza de su amor indestructible,  que su amada esposa se encontraba  delicada de salud. La noticia me entristeció sobremanera. no obstante, me dijo,  no tengo dudas que   vencerá  la  enfermedad  y la  pulverizará   porque tiene como aliados  el amor de sus hijos, su carácter inflexible  e indoblegable y el auxilio de la ciencia puesta a su disposición. Este giro intempestivo, este recodo peligroso que  en el tránsito de su fructífera existencia  asoma  amenazante,  no ha   frenado su marcha serena hacia adelante, ni ha debilitado su fe, ni  su porfiada apuesta por la educación, tan así  que en ningún momento ha dejado de pensar en su casa formadora  de maestros:  el “Instituto Superior Pedagógico Privado Juan Pablo II” a la que  ha dirigido con solvencia  profesional por más dos décadas,  sin que su ímpetu y motivación declinen.
Me contaba  el maestro Homero que cuando nació la idea  de la creación de  su Instituto Pedagógico, pensando en dirigirla, realizó estudios de Maestría en Administración Educativa  y de doctorado en Educación para así tener las herramientas  teóricas , metodológicas y prácticas que le permitan gerenciar la, hoy por hoy, exitosa institución formadora de maestros. Ama tanto a esta  creatura que ,  a pesar de su delicado estado de salud,  no  deja de pensar en ella  y no ve las horas de  retornar.
El año pasado, con ocasión  de la presentación del libro de mi autoría “APUNTES DE BITÁCORA, Recuerdo de mi terruño” la tuve entre  mis  invitadas de honor, sus calidades personales y profesionales así lo ameritaban  y además su altruismo y generosidad  evidenciada en la apuesta por la cultura y su atención a mi llamado porque su  “Instituto Superior Pedagógico Privado Juan Pablo II”  sea la que auspicie  la publicación de mi libro y   su esposo, el maestro Homero,  el  obstinado  e  inquieto editor. hecho que compromete mi agradecimiento sincero y eterno.
Desde este torreón imaginario,  cuya visión privilegiada me permite avistar mi pueblo,   a mis amigos, a mis colegas y a  mis alumnos;  en general,  a todo  cuanto encierra el circulo afectivo de este cóndor, “nostálgico y errante” que suele  agitar sus alas con singular y expresiva alegría celebrando la  amistad, el compañerismo y la camaradería,   y se entristece cuando  las nubes  borrascosas    y las lóbregas noches  asolan  de tristeza y dolor  a  su pueblo y a sus  huestes.  Desde este torreón imaginario, hincado, hoy jueves santo,  a los pies del Cristo doliente  elevo mis preces  al Altísimo por la salud y pronta recuperación de tan  honorable y distinguida  profesional,  y extiendo mi aliento a su familia nuclear, en especial a mi grande amigo Homero Zúñiga Vidal.
Sé que pronto se disipara  este enojoso y doloroso  momento y  ella estará  de vuelta  con su valija intacta portando su férreas convicciones , su  liderazgo  y  ese principio de autoridad que la distinguen,  estará  con su voz privilegiada de soprano  levantando llamaradas de emoción y peruanidad, volverá también  su altivez, su sonrisa contagiante  y su compromiso indeclinable con la educación y su  siembra fértil.  Y de seguro, en algún momento ensayaremos una tertulia  donde  la mente y el corazón se entretengan con los tópicos más seductores como son el arte y la cultura, el  quehacer político  y obviamente  la educación.
Adelante bella cuzqueña, como Cusi Coyllor,  con  el poder  de los Apus, con la inteligencia de los emperadores del incario,  con la fuerza  hercúlea de  Cahuide y  con el  obstinado  y terco afán libertario de  los Túpac Amaru I y II. Adelante mis entrañables amigos de la familia Zúñiga Vara, estamos con ustedes  en este duro  momento, uniendo fuerzas,  eslabonando oraciones  a Dios y a la Virgen María, nada es imposible para ellos.  Estoy seguro  que el "Señor de los Temblores", patrón jurado de la ciudad que la viera nacer  acogerá  nuestras plegarias;  y nuestra " Virgen del Rosario" como en la  decisiva  Batalla de Lepanto,  ha de regalarnos el triunfo inapelable frente a esta intempestiva enfermedad. 
                Así sea.