lunes, 19 de septiembre de 2011

Un abrazo a los amigos...

El presente mes de septiembre me ha resultado más recargado de lo normal. Las responsabilidades profesionales y familiares  se han multiplicado, por ende, no queda tiempo para hacer lo que me gusta y habitualmente hago  en las breves horas libres,  como hacer  deporte, leer, escribir,  la música y  peor aún tomarme  un par de cervezas con mis amigos. Sin embargo, aprovechando este breve  paréntesis me he asomado a  esta  pequeña ventana virtual para cumplir aquello que consigné en mi agenda, aunque tardíamente, y que para mí tiene  prioridad por tratarse de mis amigos, aquellos,  desde las soleadas horas de mi niñez  y mocedad:

A Luís Antonio Espinoza Sandoval, para sus amigos “Pullún”,  agradecerle sus comentarios y su puntual observación  sobre el artículo intitulado “Un recuerdo a mis Maestros” donde consigné  el libro “Coquito” como el precursor  de nuestras aurorales y bellas instancias de aprendizaje de la lecto – escritura. Efectivamente, apreciado amigo, debo reconocer el involuntario desliz,   al tiempo de  rectificar  o mejor dicho reivindicar  a “Marcelino”  el mítico texto  que acompañó nuestra infancia.  Con “Pullún”  mi  amistad  se  remonta a los años, ya un tanto lejanos,  de mi  infancia, amistad   que se forjó al calor de nuestras correrías, travesuras, y aventuras,  tan célebres como las de “Sheque” abundante en anécdotas, en donde más de una vez dimos paz a nuestras riñas, suscitadas en el  fragor del  juego,  en improvisados rings siempre alentados y atizados por nuestra “gallada”…

Un saludo a mi caro amigo Erick  Martín  Salas Vidal, que también refiere leer este blog tan espontáneo y mal hilvanado, sin embargo,  henchido de sinceridad. Martín el querido “Huiquito”,  compañero y amigo de infancia,  con quien compartimos  largos años de aprendizaje en la “Prevuchi” y el “González Prada”.  Los partidos de Fulbito  en  el vetusto “canchón” y  en el estadio de nuestro colegio dejaron marcas indelebles  en cada uno de nosotros. Martín lideraba a uno de los equipos del aula  y el que escribe, al otro. Aunque Martín afirme  que siempre me tuvo de hijo, refuto esa aseveración, creo que en el balance general quedamos parejos.  También las serenatas, cuyos destinos se tornan ya irrevelables  a estas alturas del tiempo,  estrecharon nuestra amistad. Su nobleza y su don de buen amigo han merecido siempre mi más sincero reconocimiento.

Finalmente a CEMELO,  el apreciado primo César Mendoza Lora, cuyo aliento permanente para seguir en este vano oficio de escribir y recrear tiempos idos, viene  impregnado de  sinceridad y  generosidad inmerecida hacia este modesto servidor, mi saludo cariñoso a la distancia. Siempre reconforta el espíritu  saber que un paisano,  pariente  y amigo, mas allá de los linderos de su  tierra y su familia,  abre surcos de  realización personal y profesional.  Un abrazo primazo, espero encontrarnos en la fiesta de “Mama Huarina”.

POSDATA: Acabo de leer el mensaje que ha enviado Héctor Guzmán Mendoza a los integrantes del “Club de Fútbol Master”.  En él, indica que se confirme nuestra presencia en el equipo para el 09 de octubre – en Huari-   con motivo del “Día de la Confraternidad Huarina”. A  los integrantes que  no les ha llegado el mensaje confirmar su presencia al siguiente contacto  hguzman@usil.edu.pe.