sábado, 26 de noviembre de 2011

Huántar en mi recuerdo


“Con cariño, en memoria del  amigo que gané en las canchas de fútbol: Guillermo Rosemberg”
Huantar "Balcon de los Conchucos"
A propósito de las imágenes que ha difundido “Huarilindo” sobre el pintoresco Huántar, éstas activaron mis  hermosos recuerdos de colegial: Corría el año 80, cursaba el tercero de media,  bisoño aún, fui convocado para integrar la  selección de fútbol de mi  “González Prada”. La Institución Educativa Decana de Conchucos  había sido invitada por  el Colegio “César Vallejo Mendoza” de Huántar con motivo de celebrar sus "Bodas de Plata". Fue una experiencia inolvidable y gravitante. ¡A quien no le emociona defender a su colegio¡  El solo hecho de ser considerado en la lista de convocados ya era un honor, teniendo en cuenta que antaño no había límite de edad y la selección lo conformaban alumnos hasta del “turno nocturno”, hecho que me permitió alternar con jugadores mayores y rescatar de ellos su experiencia y calidad al tiempo de disputar un puesto. En aquellos años era un privilegio vestir  la  gloriosa divisa del colegio. Fui convocado, según me refirió el maestro Humberto Lora,  por mis cualidades de defensor y mi biotipo, iba muy bien por alto y tenía claridad en la salida, sin embargo,  la sapiencia del maestro hizo que me ubicara de media punta, ubicación que marcó mi vida deportiva y me permitió  alternar en las selecciones de la provincia y en los equipos más importantes de la misma y del departamento.
Volviendo a lo de Huántar: El aniversario del Colegio  “Cesar Vallejo Mendoza”  es en el mes de Junio, mes signado por el  sol esplendoroso  y doradas cementeras. El Colegio huantarino se alistaba celebrar  a lo grande su aniversario. La  nutrida programación  anunciaba también la presencia de otro colegio histórico de la provincia: "Carlos Alberto Izaguirre" de Chavín  que, en términos deportivos, aparecía como el más  encarnizado rival. Los duelos con ellos eran auténticos clásicos.
La delegación  la presidía el Director de entonces el maestro  Franco Solís Benites y lo acompañaban los profesores Félix Asencíos Pantoja y Carlos Añaños Angulo y una profesora que no recuerdo exactamente su nombre. Partimos de Huari relativamente temprano, la camaradería y el entusiasmo marcaron  la impronta de aquellas horas inolvidables. Junto a  Julia Trujillo y Carmen Añaños,  compañeras de aula, éramos los más novatos. Los más experimentados marcaban  la senda de la palomillada y con puntual antelación hacían planes nada, pues se sabía que la tentación estaba a la mano, para nadie  era secreto que las huantarinas  y chavinas poseían atributos indiscutibles… Yo solo escuchaba…
El viaje a Huántar es relativamente breve. Partimos bajo  el cielo límpido y con los rayos rojizos del sol acariciando las alturas, al tiempo de resistir el frió de la  habitual  “helada”. Discurriendo  por la polvorienta carretera íbamos dejando a nuestro paso al   manso “Huayochaca” orillada de retamas, al apacible “Pomachaca” pórtico fluido de caminantes y viajeros, al bullicioso  y caudaloso “Mosna” y al bucólico “Succha” hermosos parajes que preceden a tan linda comarca.
La primera  imagen del  pueblo me dejó fascinado, era  su calle principal y a la vez la  entrada del pueblo, que a esas horas de la mañana reverberaba con el límpido sol. Una especie de avenida principal  empedrada, tan típica y original, bien conservada y uniforme que desembocaba en la plaza de armas. Sus casas de aspecto apacible  y alegre robustecían su belleza, uniformes, casi todas con pequeños balcones de madera y techados con teja rojiza de barro.  Su plaza de Armas  y su iglesia añosa y precaria, entonces,  le daban un aspecto  de comarca en donde  el tiempo parecía haberse detenido.  Esa  es la sensación  que conservo hasta ahora: “Huántar, un hermoso pueblo donde el tiempo parece haberse detenido”
Volviendo al motivo de nuestra visita, diré que fue justamente en Huántar, mejor dicho en su estadio, que la vida me deparó una las más singulares alegrías: Anotar mi primer gol trascendental  y sentir esa sensación indescriptible, que confirma lo que los expertos y psicólogos afirman: “hacer un gol es como hacer el amor”.  Mas todavía por la importancia y trascendencia del mismo, pues ese tanto sirvió para dejar en camino al colegio “Carlos Alberto Izaguirre” de Chavín   y disputar la final con los anfitriones. Debo confesar, eso sí,  que este –para el suscrito- “memorable” tanto, tuvo mucho de fortuna y osadía, una pelota que la tomo cerca al medio campo, lo bajo de pecho, y con la parte externa lo empalmo hacia el arco, sin mucha convicción, pero  afortunadamente con la ayuda del  viento  logró encaminarse hacia el “rincón de las ánimas”. Ni cuenta me había dado del gol, sólo el abrazo de mis compañeros hizo que me convenza de aquella  auténtica “Proeza”.
Algunos nombres de esa hermosa excursión los evocaré con respeto y cariño: Tobías Tarazona “Ashaquito” Andrés Villanueva Salas el querido “Cutir…”, César Palhua Ames, Fritz Acuña Paredes  “Llicuchu”; y entre las lindas damas: Lola Angulo Borda, Carmen Añaños Córdova, Julia Trujillo Herrera. Y los amigos que gané y con los que mantuve y mantengo amistad: De Chavín  los hermanos Rosa y Guillermo Rosemberg (+)  y  de Huántar Percy Trejo y el “zurdo” (+) todos ellos buenos deportistas y mejores amigos.
Posdata: Me había olvidado citar a John Salas y Sologuren García que con el fonomímico  de antología  “Chavela” deleitaron a la  comunidad huantarina en la actuación central de aquel aniversario.  
Iglesia Matriz y Plaza de Armas de Huantar

viernes, 18 de noviembre de 2011

Remembranza

Prof. Glicerio Trujillo Aguero en la Procesión de Mama Huarina

Escribe: Demetrio Juan de Mata Salas Reynoso 
"Maestro: Tu que compartiste tantas vivencias con nosotros, hoy comparto contigo estas líneas en señal de reconocimiento a un laureado educador e imploro al Señor ampararte en la vida y el más allá"
La 0659 fue el número del documento que me permitió traspasar los umbrales de la escuela integrada, ex escuela prevocacional, el legendario "PREVUCHI"  hoy es el moderno centro educativo "VIRGEN DE FÁTIMA". La nomenclatura de las instituciones cambia según el parecer de las personas y el criterio de los escalones administrativos, algunas veces con acierto y otras con criterios figurativos o convencionales, pero en cualquier caso concluyentemente  es un poco desvirtuar su originalidad, su tradicional p lo conspicuo de la historia de los pueblos.
Bueno, dejemos vanas disquisiciones nominales. Lo que quiero comentarles son algunos recuerdos que aún quedan en mi memoria de aquellas épocas de mi fugaz paso por las aulas de la que fue mi escuela, y de la que más tarde fui director, mi querida "PREVUCHI".
En los últimos años de la década del 50 era yo un alumno mas de la flamante escuela prevocacional; con su imponente infraestructura y espaciosos ambientes de lujoso acabado que nos abrió sus puertas, en aquel entonces aún niños contemplábamos extasiados aquel claustro del saber orgullosos de ser los estrenadores de tan bondadosa obra del Sector Educación.
Por sus aulas pasaron muchos personajes, a algunos les tocó ser los arquitectos de nuestra formación personal. Hurgando en mis recuerdos vino a mi mente la imagen de mi Maestro, que también fue el forjador  de muchas generaciones. Ocupa un inconfundible sitial el profesor Glicerio Trujillo Agüero, conocido por todos con mucho cariño como el "Maestro Llishico, preclaro educador: Quienes hemos sido sus discípulos no nos olvidaremos de aquellos rasgos que nos supo transmitir, su arrogancia, sus exhortativas palabras, su rectitud, su trato amical, su mirada inquisidora; afable y joven orientador que nos transmitió mucho de positivo para ser lo que ahora somos. Cómo olvidar aquellas tardes de "Jatun era"donde volábamos nuestras cometas que se perdían en los escasos nimbos estratos del estío, en aquellos lejanos agostos, a la par que nuestra imaginación infantil se adentraba en el insondable azul del infinito. Cómo desterrar de la memoria las visitas anuales a "Panteón Puncu" donde en improvisado Ring, teníamos que dar paz a las riñas suscitadas en el aula o los pasillos de la escuela, y después de varios rounds de pugilato, exhaustos los contrincantes intercambiábamos una mirada de soslayo, unas lágrimas, un abrazo y éramos amigos otra vez. Cómo no mencionar los súper clásicos  del 58: "Alianza Lima Vs. Universitario", donde los protagonistas teníamos  que impostar el color  el color de la piel de nuestros ídolos , de manera que los que defendíamos la blanquiazul estábamos embadurnados con un preparado de carbón molido, y los defensores de la camiseta crema  se pintaban  con argamasa de harina o yeso; comenzaba el partido con nuestra pelota hecha de la vejiga del chancho forrada con las medias de nylon robadas de los baúles de mamá, entonces éramos libres, ¡oye! she tócala, era el grito de guerra . Tocaba el pitazo final  y aun exhaustos gritábamos ¡ganamoooo! . Entonces nos entraba una alegría  inmensa que violentamente se convertía en angustia y miedo al saber que mamá nos esperaba tras la puerta: -Hijo dónde has estado...pasa a la casa...-correa en mano para sacarnos la mugre por las medias hurtadas.
Recuerdo también los inefables paseos del mes de mayo cuando en el embeleso de nuestra infancia éramos los madrugadores furtivos entre otros : Juanico, Rodrigo, Román y Llomo; para despertar a Shoshi, Papio, Vito Pretel y por último al popular "Cashacuru" y al parco Huillca, luego pasábamos al domicilio del maestro Llishico para emprender en bullanguera marcha (fiambre en la "picsha") la senda que nos conduciría  a la serena y enigmática laguna  de Purhuay; haciendo un ligero alto en Gantu Ucru se divisaban algunas viviendas de cuyo techo de paja se elevan tenues humaredas  blancas anunciando el frugal y único sustento de nuestros campesinos, un tramo más cuesta arriba ya estábamos bordeando "Indiojirca" y el silbido penetrante de un Zagal mañanero nos saca de nuestra abstracción, para avistar al fondo, donde erguido y desafiante  está  "La chimenea", símbolo de la explotación extranjera  y testigo mudo de un pueblo avasallado; un lapso de agotadora pero feliz caminata alcanzamos parajes de ensueño y sentíamos el aroma inconfundible de la misteriosa flor que llora. "El Huagancu" nos anuncia que hemos alcanzado nuestro objetivo, absortos y jadeantes nos encontramos frente a una maravilla de la naturaleza "La laguna de Purhuay" en cuya superficie  de sus impenetrables aguas aceradas vuela nuestra imaginación infantil colmada de tanta dicha.
              
Publicada en la Revista Cultural  “VERDAD”  dirigida por el Prof. Abelardo Malqui Hidalgo. Huari - 2001

sábado, 5 de noviembre de 2011

Fuerza y fe apreciado Percy

Percy Bernald Herrera Cruz
 La noticia del delicado estado de salud  de Percy Herrera Cruz ha entristecido y preocupado a la colectividad huarina  y con más intensidad a sus amigos, entre los que me cuento. Seguramente,   con la voluntad de Dios y "Mama Huarina",  saldrá adelante. Tuve la oportunidad de conversar con él  para hacerle saber mi  solidaridad en este duro momento que, estoy seguro, pasará. Más allá de las palabras, lo que necesita Percy ahora es el apoyo material, por ello, hoy en la mañana nos hemos reunido con Ariovisto Ferro Márquez, Javier Solís Barrón y Otto Aguirre Espinoza  para ver la posibilidad de sacar adelante una actividad en pro de su salud, oportunamente  les haremos llegar la invitación. Sabedores del espíritu solidario de la colectividad huarina, no dudamos que será una gran convocatoria.

Percy, para los que no lo conocen, es un  joven inquieto, músico  talentoso y mejor persona, que adoptó  como su terruño  a nuestro Huari. Con su  generoso concurso, el Conjunto Musical “Cielo Andino de Huari” dirigido por mi señor padre, sacó adelante  dos álbumes musicales: “Dulce cantar de mi tierra” y “Jarana Conchucana” ambos de gran suceso. Es apreciado y estimado en los predios  musicales tanto en Huari como en Lima. Su presencia en la última década ha sido concurrente en cuánto  evento artístico literario  y musical, además,  ha  participado en muchas grabaciones musicales con destacados cantautores huarinos,  prestigiando y difundiendo así  el arte vernacular huarino.

Desde esta humilde ventana, hago un llamado a nuestras autoridades e  instituciones educativas, con quienes sé que colaboró bastante, a ponerse de pié. El tratamiento que va empezar la siguiente semana es costoso, de manera que cualquier colaboración será bienvenida.

Finalmente, a Percy,  le hago  extensivo la solidaridad  de todos quienes compartimos gratos momentos en el  siempre cautivante arte vernacular. Todos estamos contigo.  Mi padre y Demetrio Luna Rosario, integrantes de “Cielo Andino” se han puesto también de pié  para apoyarte en este difícil momento.