viernes, 12 de febrero de 2010

MI PUKUTAY Y SU CARNAVAL

Lo que la mente aprehendió con fuerza y el corazón con pasión, dificilmente se desprende de uno a pesar del tiempo y la lejanía, siempre aflora y burbujea juguetona como el manantial que roza el viento en ídílico cortejo; y se degusta con más fruición como al vino añejo, aunque eso sí, con nostalgía, porque encandiló el paladar de nuestras mocedades.

Uno de esos acontecimientos es "El "Carnaval de Pukutay". Tán querido, apreciado y esperado. En un escenario privilegiado, bello y sobrio como es nuestro Huari en febrero. Una postal verdosa, con lluvias intermitentes y mansas neblinas paseando y planeando por los altos barrios de la gran ciudad.

En los días previos las tareas se multiplicaban, los atuendos de los niños y demás personajes se alistaban con cuidado. Las damas del barrio jugaban también su partido aparte, alistando las máscaras, serpentinas, globos, etc etc. Recuerdo la última vez que participé, ayudando junto a la "mancha" de amigos la realización de los carnavales de mi barrio "San Juan", reunidos en la casa de Jhon Salas para reparar a los "Reyes Momos" descoloridos y andrajosos después de un año de encierro en la azotea de nuestro local barrial. Al compás de la caja del Marco Reynoso y Hernán Pardavé, tomando chicha de jora de los curtidos cántaros de "Tía Filu" convertimos los andrajos en elegantes atuendos y los rostros descoloridos y maltrechos de los "Reyes Momos" en simpáticos monarcas con sus coronas doradas y relucientes, listos para la inminente jornada.

En el domingo de carnavales la numerosa comparsa se concentraba en la "esquina del movimiento" Sito entre las calles Libertad y Guzmán Barrón. De ahí irrumpían los ciclópeos "Reyes Momos" con sus timoneles el tío Filiberto Márquez "Shaquirita" y Capistrano Ibarra que por su bailar parsimonioso y cansino se distinguían y delataban fácilmente; y en torno a ellos marchaba el colorido cortejo de ucumarias, payasos y feroces toros que, luego en las calles hacían de las suyas con los campesinos y campesinas, con las damicelas y parroquianos citadinos que eran literalmente aplastados por la marea sanjuanina y ademas untados con las calabazas cargadas de anilina, mientras tanto los más pequeños ataviados con coloridos disfraces bailaban y danzaban eufóricos al compás de la caja y el pincullo ejecutados por los maestros de "Pitzaraqui" que año tras año animaban esta singular y alegre comparsa.

El pueblo gozaba en dulce algarabía, la muchedumbre anegaba de alegría la ciudad y las calles empedradas reverberaban con los esporádicos rayos del sol invernal andino. Bailando y cantando, silbando y danzando discurría el domingo de carnaval.
Los cuatro buhos de la pileta de nuestro parque vigil quedos y entumecidos de emoción, nuestra capilla aún precaria pero enormemente solemne, y los cuatro felinos que custodian nuestra historia en la plaza mayor fueron los privilegiados testigos y aliados de aquellas inolvidables travesías.
La faena terminaba con el cortamonte plantado siempre contiguo al frontis de nuestro colegio "Gonzalez Prada". Ya en la tarde al asomo del crepúsculo se armaba la jarana sanjuanina al compás de un conjunto musical vernacular integrado por cobarrianos. Las guitarras, violines, mandolas, rondines y quenas ejecutaban lindos huaynos y chuscadas. Se escuchaba el "Wachiwalito wachiwalón", "Lunes carnaval" y algunas otras cuyor versos decían: "...córtalo, córtalo este palito, allí gahuapaycur, allí ricapaycur"

Y los nombres de los hombres, hombres que en el crisol pueblerino del amado terruño, del añorado barrio, de la entrañable esquina repleta de muchachos loquibambios y palomillas, de las calles ornadas con hermosas mujeres cuyos alientos de Waganqu exhalamos, tambien recobran vida hoy. Ellos son: Humberto Lora Pardavé, Tia "Filu", Eduardo Valencia, Efráín Valencia, Getulio Malqui, Jorge Salas, Hernán Pardavé, Filiberto Márquez, Ceferino Sotelo.etc ,etc

Y un recuerdo a los amigos de mi infancia en especial a la Mancha bullanguera de la calle Libertad: Los hermanos Rómel, Miguel, Jhonm Magaly y César Salas Cachay; Laurita, Gordo, Lucho y Ana de Cardenas Pretel; Miguel, César, Elena, Rómel Zorrilla Torres; Gino, Rucu y Miguel Malqui Hidalgo; Percy, Lucy, Nancy y Didi Sotelo; y los de la calle Guzman Barrón: Pullún, Pachín, Wiwin; Paco, Martín y Ada Salas Vidal; Tulio y Mary Marquez Cerda; Negrita, Delia, Guillen Zorrila y nuestro querido amigo Luís "El gato" pardavé .

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