jueves, 6 de diciembre de 2018

¡REENCUENTRO DORADO!


            Emociona escribir una crónica  de una efeméride  singular, tanto por su contenido histórico y  cuanto por sus especiales protagonistas, ellos maestros que hace 50 años cruzaron los umbrales de la “Escuela Normal Mixta de Huari” para internarse  en los espacios  más trascendentes y fecundos de la patria, ahí donde se construye el presente y el futuro del Perú. Me emociona escribir porque parte de este grupo es mi padre Getulio Malqui Osorio, integrante de la Promoción 1968  de la primera institución formadora de maestros  en la historia de la extensa provincia de Huari.
                Las líneas que transitan  desde este torreón que hoy se siente inmensamente orgulloso  y cual artesano de la palabra  intenta  construir  con  cada  vocablo,  frase y  párrafo su  admiración y reconocimiento a esta pléyade de dignísimos maestros que  se formaron  como tales en nuestro amado Huari y rendirles  un justo tributo en  este acontecimiento  de sus  “Bodas de oro promocionales”.  Hoy, cuando  ellos   ya “disfrutan” de  su  “jubilación”,  aunque el disfrute y el júbilo a los que aluden las palabras entrecomilladas no respondan  necesariamente  a la realidad de un país en donde los maestros no  tienen, ni  han tenido secularmente el trato justo y decoroso  que hartamente merecen,   pero que, sin embargo,  tienen las glorias de  su legado inconmensurable y del reconocimiento social que no tiene precio. Hoy me inclino reverente ante ellos con la convicción  que las multitudes  de  los pueblos en  donde les tocó desempeñarse también los recuerdan con gratitud y cariño.
                El reunirse después de medio siglo de haber zarpado al mar   ora calmo, ora  proceloso del quehacer educativo y cumplir  con pasión   y compromiso su apostolado   a pesar de las condiciones  adversas, sorteando  las encrespadas olas y arrancando los  abrojos  para construir junto a sus estudiantes el camino que conduce al puerto de la esperanza.  El reunirse  con  viejos camaradas en la forja de una profesión  indisolublemente ligada al bienestar de los pueblos , ha significado seguramente  un reencuentro con los  recuerdos, aquellos que atesora la memoria , la cuida y la guarda y emergen en estos reencuentros únicos que auspicia la vida.
                Mi padre me contaba que con algunos de ellos  se ha vuelto a ver luego de cincuenta años y me lo contaba con emoción desbordante y añadía que en adelante los reencuentros se darán  en diferentes ciudades  del Perú según un cronograma ya acordado. Le noté feliz a mi padre y eso significa mucho, me contó detalles del recuentro dorado y  celebré junto a él  y le congratulé y le alenté en ese cometido. Como  todo hijo conozco de cerca sus experiencias más importantes de mi padre y en las ya lejanas tardes huarinas, cuando aún yo cursaba la educación básica, nos reunía a sus  siete  hijos y nos mostraba su voluminoso álbum fotográfico   donde cobran vida sus  principalmente recuerdos de su formación docente allá en nuestro amado Huari durante  la segunda mitad de los años 60 del siglo pasado.  Me queda claro también que por aquellos nuestra   ciudad natal  vivió una autentica primavera donde florecieron el arte, la música, el teatro y el deporte,  al calor y abrigo de su Alma mater y de egregios maestro y en especial el inolvidable  Samuel Vidal Olivas, maestro tutor de la promoción dorada.
                Mención especial merece el maestro Silviano Hidalgo Sandoval,  entusiasta y esforzado coordinador y organizador  del reencuentro dorado  SILVIANO Hidalgo (Presd.) Paulina Pantoja (Sec.Actas) Lortha Trujillo (Sec. Econom.) Mauro Inchicaque (Sec. Organiz.) Luis Salas (Vocal) Thelma Alvarado (Vocal


 

 
 

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