lunes, 19 de agosto de 2013

Felices 90 Tío Hipólito



¡¡Felices 90  Hipólito Zorrilla Antaurco!!
 
Cuando se cumplen 90 años sin que asome aún el ocaso, ni se aviste el crepúsculo y la vida y sigue corriendo como un manso arruelo, calmo y alegre, hacía el mar, lejano aún, resulta inevitable celebrar la VIDA. Así nomás no se llega a coronar casi un siglo de vida. Por ello,  mi saludo  al   “Tio Hipólito” que, el pasado lunes 13 de agosto, celebró su onomástico número 90 rodeado de  nueve  de sus diez  hijos: Carlos, Samuel, Emer, Andrés, Clelia, Maximina, Miguel, Elena y  César; sólo Romel, el Benjamín, estuvo ausente.

Don Máximo Hipólito Zorrilla Antaurco, fue y es un padre ejemplar en el amplio sentido de la palabra. Junto a su amada esposa, Lastenia Torres (+)  la entrañable “Tía “Llashti”, edificaron  un hogar con sólidos pilares  y legaron a sus  hijos una escuela   de trabajo y laboriosidad. Todos ellos,  profesionales y buenas personas,  proyectan en sus hijos la misma luz que el patriarca  irradió.

Entre la alegría desbordante, entre  besos y abrazos de  la numerosa familia: Hijos, nueras, yernos, nietos, bisnietos, familiares y amigos cercanos, se celebró los 90 años de una vida excepcional. Cuatro generaciones reunidas para celebrar la vida de un hombre que ha dejado su marca en cada uno de sus hijos, bendición que no se experimenta frecuentemente en esta vida.

Pocos llegan a esta edad  y más aún como lo hace este ser humano,  lleno de vitalidad, fuerza y optimismo, que ni los años han logrado mermar su  entusiasmo, ni lo han empujado al silencio  de la vejez.  Hasta hace poco seguía dictando cátedra  como sastre, su  oficio de toda la vida, cuya sabiduría resaltó Silvio Huertas en su celebrado poema ¡Salud Pukutay! cuando decía:

Chinas buenamozas, pónganse de gala
en la satrería de Hipolo Zorrilla”

Además, fue uno de los pioneros de la Apicultura en la ciudad de Huari, endulzó el paladar de muchas generaciones, convirtiendo su producto  en una marca registrada apreciada por propios y extraños. Tuve la oportunidad, cuando niño, acompañar junto a mi primo César y otros mozalbetes de entonces, en las travesías rumbo a Ulia y otros puntos donde fructificaban las abejas. Eran horas de aprendizaje. Con paciencia y cariño  nos explicaba  los secretos del arte de la Apicultura. En el retorno venía el "Festín" de la nutritiva miel. Me quedan recuerdos de aquellas caminatas bulliciosas, de la indumentaria especial para explorar las colmenas, de las picaduras y de toda esa gama de vivencias irrepetibles que alegraron nuestras horas de niños y de adolescentes

Sus credenciales de buen ciudadano le permitieron asumir responsabilidades en nuestra ciudad. Fue Regidor del Honorable Consejo Provincial de Huari durante la gestión de don Wenceslao Avendaño Morales. Aquellos años las arcas municipales se tornaban áridas y sedientas, y  el ejercicio de esta noble función no tenía más recompensa que el agradecimiento de los pobladores. En una oportunidad, refirióme algunas de sus experiencias en la función edil, tuvo que lidiar con múltiples problemas y me citó una anécdota: "En mi intención de poner orden, tuve una fuerte discrepancia con nuestro primer obispo prelado, Mons. Marcos libardoni, quién exaltado ante mi obstinada intención de cautelar la proyección urbanística de la ciudad -se estaban poniendo las bases del "Convento de las Madre Dominicas"invadiendo algunos centímetros del Jr San Martín- nuestro recordado primer obispo prelado amenazó con trasladar la sede del obispado a la ciudad de Pomabamba si persistía con mis, para Él,  enojosas observaciones".  Sobre el particular añadiré que  conozco algunos casos similares , dentro de ellos les contaré uno, cuando a finales del siglo y milenio pasados,  un  mal regidor se hizo la vista gorda y permitió la construcción de una vivienda  sin respetar la proyección urbanística de la ciudad, justamente cerca al CENECAPE. Si quieren mayores detalles un pequeño vistazo al Jr. Ancash  en la recta del Restaurante del Sr. Amaranto. Los intereses sagrados del pueblo están por encima de los intereses amicales. Fue también Gobernador del Distrito – cercado, cargo que desempeñó con solvencia y dignidad.

            Las palabras emocionadas de sus hijos: Carlos, su primogénito, de Samuel y Maximina,  dieron el toque de solemnidad a la celebración, asimismo las evocaciones  a la madre ausente, la entrañable “Tía Llashti”, hicieron correr brisas de nostalgia entre todos los presentes.

Finalmente elevo mis oraciones  porque el Señor y la Virgen del Rosario,   que hasta ahora lo han  sostenido y en quienes ha puesto su fe por 90 años, le fortalezcan, sanen sus dolencias  y le confieran todavía muchos años más de vida 

Con sus sobrinos Hugo y Julita Príncipe Trujillo
Momento memorable
Con mi Tío Fausto.
El "Patriarca" rodeado de sus queridos hijos
Samuel, proponiendo el brindis por los felices 90 de su progenitor



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