“SEMANA SANTA”
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Vista de Pariaucro, Huanchac y Qotupuquio |
"PAISAJE SERENAMENTE INVERNAL"
“Los zigzagueantes caminos se han oreado con el tenue y acobardado sol del invierno andino. A esta hora de la mañana, se puede ver el imponente verdor y lozanía de los campos que circundan el pueblo, y divisar enfrente las pequeñas comunidades de Huancarpata, Chinchas, Huayllabamba, rodeadas por parcelas de maizales, alfalfa, papa. Parecen doncellas retozando en una alcoba tapizada de verde esperanza. En las laderas adyacentes del caminito sinuoso, se observa también a los ganados paciendo en los oconales saturados de verdor, y manadas de ovejas arriadas por sus pastores dirigiéndose a algún punto de las estribaciones en busca de alimento. Los pastores bien ataviados van cantando, silbando y blandiendo el chicote que remece el silencio sepulcral del invierno andino con su ensordecedor ruido que advierte al rebaño guardar el orden y la compostura.
Los caminitos serranos son tan hermosos que despiden aromas agradables desde el olor del san pablo, del molle, del cedrón, de la hierba buena, hasta el aroma embrujador de los efluvios de la tierra húmeda que provocan en el caminante un encantamiento difícil de describir. Hay que pasear en él, para experimentar la grandeza de la madre tierra e internarnos en sus fértiles entrañas, que abundantes de vida y frescura emergen en al aire acrisolado del ande para exhalarlo con regocijo.
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Lugar donde se encuentra el mirador Huacón |
Cerca ya del pueblo, aparecen a la vista las viviendas formadas en columnas algo dispersas. El manso riachuelo “Virá” con su cause más torrentoso en esta época del año, por las copiosas lluvias, llega cantando, vivando y bramando desde los picachos y deshielos de las punas bravías de Jacabamba y Rurichinchay, en cuyo seno maduran los preciados tubérculos como la papa, oca y olluco. Allí , moran también libres los ganados de lidia. En esa querencia nació y creció “El Chauchabragueta” ejemplar en cuyas astas, cuentan, creció la wejlla, planta salvaje propia de los escarpados andinos. Dicen los antiguos que el “Chauchabragueta” aún vive sumergido en las profundidades de la laguna de “Chonta”, y sale a pacer en las noches de luna llena. Los arrieros de la zona refieren haber escuchado su aterrador bramido en las orillas de la laguna encantada.
Al fondo, en el norte, se encumbra “Huacón”, mirador y bulevar del pueblo, desde lejos se aprecian opacamente sus hermosas cataratas de Bugambilias y sus cornisas bien logradas, construidas a finales del siglo pasado. En este sosegado espacio frecuentan los mozuelos del pueblo. Las tertulias idílicas suelen prolongarse largas horas.
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Parte alta de la ciudad de Huari llena de eucaliptos |
En la parte oeste del pueblo, arriba en las estribaciones, se avista el “Bosque del Monseñor”, así lo llaman porque Monseñor Dante Frasnelly fue quien los mandó plantar para evitar la erosión que, amenazaba desaparecer la comarca, sin imaginar que estaba auspiciando un nuevo universo de insospechadas dimensiones biológicas. Los árboles han crecido de tal forma que algunos rozan el cielo. Desde lejos se avistan coposas, exuberantes y tranquilas. Su inquieta fronda baila al compás del aire en un vaivén nupcial cadencioso. Sin embargo, si uno se interna en él, oh sorpresa, con el transcurso de los años , éste, se ha convertido en un verdadero universo de criaturas que conviven dependiendo los unos de los otros. Hay aves de diverso colorido como gorriones, palomas, zorzales, ruiseñores, que anidan dentro del encubierto desasosiego que producen los cernícalos. Asimismo hay vizcachas, comadrejas, zorrillos que sirven de sustento a los insomnes y noctámbulos “Tucus”. A los búhos muchos de los jóvenes y niños los han cazado aprovechando la claridad del día, donde se muestran vulnerables, siendo fácil cogerlos. Ëstas aves rapaces , como es sabido, son los reyes de las lóbregas noches, en las que apresan y depredan avecillas, palomas, cuyes, comadrejas y gatos, a estos últimos prácticamente los han exterminado de su área de dominio.
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Todos listos para el Domingo de Ramos |
Así, en un paisaje serenamente invernal asoma LA SEMANA SANTA y con ella "El Domingo de Ramos". La escenificación de la entrada del Salvador a Jerusalén se vive en el pueblo con entusiasmo y fervor religiosos. El pueblo en su mayoría católico, asume la festividad con entrega y devoción. Las familias desde tempranas horas se preparan para participar en la procesión del “Señor de Ramos”. Acuden bien arreglados y llevando consigo ramos de flores y ornados tallos de maíz, que los niños y jóvenes de la comarca, alistan desde muy tempranas horas para exhibirlos en la procesión. Para la ocasión, las familias preparan opíparos almuerzos. Ya en la tarde, la entusiasta grey se vuelca a las calles en busca del "Tayta Ramos" para acompañarlo. La procesión un año sale de Jana Barrio, y el siguiente de “Hura Barrio” En el presente partió de la capilla del Barrio “El Milagro” ubicada en la parte baja y más lejana del pueblo.
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Nubes amenazantes, muy pronto lloverá |
Las tardes de procesión, generalemente, se ven amenazadas por la lluvia. Los cerros del oriente comienzan a teñirse y escarcharse de un tenue blanco, es la lluvia, que raudamente avanza hacia el pueblo. Paradójicamente a este lado, donde se ubica la ciudad, el sol se ha dado maña para penetrar por un agujero celeste llenando de alegría al pueblo y a los prados aledaños a la comarca. Los feligreses se despojan de sus prendas mayores confiados en la pródiga naturaleza y en el calor agradable del astro rey. De pronto, en un abrir y cerrar de ojos, el cielo se oscurece, nubes negras amenazan desencadenar una tormenta. La gente se refugia en el interior y en el cobertor de la capilla, obligando al Taita Cura suspender el inicio de la procesión hasta que calme la torrencial lluvia. La aglomeración de la feligresía atiborra el sagrado recinto, afuera, la ceñida callecita se ha convertido en un río. Lo accidentado de las calles del pueblo hace que éstas funcionen como drenaje natural. Las turbulentas aguas de todas las goteras se dirigen hacia los barrios bajos. Son auténticos ríos y en algunas oportunidades se han llevado perros callejeros y chanchos mostrencos. Enfrente, en el inquieto cielo encima del insomne “Llamog ”, ubicada al oriente de la comarca, un hermoso “Turmanyuy” (arco iris) corona los prados con su nitidez y policromía.
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Procesión del "Tayta Ramos" 2011. |
La lluvia se extingue lenta y pacienciosa, la procesión comienza, la multitud camina lentamente por las estrechas y sinuosas arterias del pueblo. Tienen que llegar hasta la catedral. El “Taita Ramos" avanza montado en su viejo pollino escoltado por los “Santo Varones” devotos vestidos de apóstoles. La feligresía, con sus colorido atuendo, avanza cantando hermosas melodías. Todos marchan felices. En cada parada el “Taita Cura” y el gentío se detienen para rezar hermosas letanías…
La Semana Santa paraliza las actividades en la comarca. Llegan turistas de diferentes latitudes, también lugareños residentes en Lima vuelven a su pueblo con este motivo. La tradición ha dejado numerosos detalles que se repiten año a año. El miércoles, jueves y viernes santos, proponen en la vida de propios y extraños una manera diferente de vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor: Los atuendos de luto riguroso, la gastronomía peculiar. hacen de la SEMANA SANTA un acontecimiento solemne y atractivo para propios y extraños. Visitar la comarca en este tiempo resulta vivificante…”
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Linda callecita de mi Huari |
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