sábado, 14 de agosto de 2010

BIENVENIDO QUERIDO HERMANO


Mi hermano Miguel, ha retornado de Italia después de casi 6 años de ausencia y con él han llegado su esposa e hija a pasar unos días de vacaciones. Ha traído en su equipaje su nobleza, su sencillez, su parco hablar y sus inconfundibles rasgos físicos de mi madre.

Su poco hablar contrasta con la grandeza de su corazón de hermano. Mis padres deben estar muy felices disfrutando de su compañía, de su estadía sazonada con su hablar cansino y su noble corazón. Desde esta Lima que, en oportunidades esclaviza con su yugo irritante e impide darse un saltito al amado terruño, como ahora en que Huari está de fiesta, te digo hermanito que te quiero, lamento no estar por esos lares y disfrutar de tu estancia y de la siempre reconfortante compañía de nuestros padres y revivir preciosos momentos de nuestra niñez y juventud, cuyos resuellos aún conservan la fuerza de los viejos tiempos.

Pásalo bien hermanito, imagina que estamos los siete hermanos en alegre y bullanguera tertulia, sentados en la negra y añosa mesa que, seguramente murió de amor y tristeza por las partidas dolorosas; por esa suerte de diáspora familiar que nos privó de muchas cosas, pero no obstante, enseñoreó nuestro cariño y fortaleció la unidad y fraternidad familiar.

En esta hora, las seis y veinticuatro de la casi noche limeña del sábado 14 de agosto, he llegado a casa desde la canchita de Palao, a donde fui después de muchas lunas; y he departido la mañana sabatina con nuestros amigos, Percy Salas , Víctor Hugo Tarazona, Juan Garcia, Llicuchu, el Tío Otto Aguirre y sus hijos. Ellos también te saludan. Siempre este tipo de reuniones sirven para recordar y evocar a nuestra querencia, a nuestros seres queridos y distenderse al calor de la fraternidad, que es el sello que nos distingue a los Huarirunas.

Hoy también recuerdo tu sentida ausencia en nuestra Fiesta de "Mamá Huarina" de Octubre del 2007 , fuiste el gran ausente, y el más evocado por todos. Estoy seguro que Dios permitirá que, un día más próximo que lejano estemos juntos los siete hermanos para alegría de papá y mamá "y no habrá un sitio vacío en la mesa hacia el cual nuestra dulce madre tienda su mirada de miel y musite el nombre del ausente; porque todos estaremos sentados en la mesa pascual" como decía el gran Abraham Valdelomar


¡ Salud, y un abrazo caro fratello¡

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