martes, 13 de noviembre de 2018

Yoshi Sotomayor Torres, Una autora de proyección.



El  pasado miércoles 07 de noviembre,  a partir  de las 2:00 PM,   en el Auditorio Antonio Cisneros de la “39  Feria del Libro Ricardo Palma”, nuestra paisana  Yoshi Sotomayor  Torres, joven poeta e investigadora,  presentó su libro “TÚ ERES DE LA PUNA Y YO DE LA CIUDAD”, libro publicado por el fondo  editorial de la Decana de América, la  Universidad Nacional Mayor de San Marcos. La joven tarde miraflorina fue testigo del advenimiento de la segunda producción intelectual de esta profesional huarina de impredecible proyección, y contó, para el efecto, con el respaldo afectivo de los paisanos huarinos, de  sus familiares y compañeros de estudio y de trabajo y una selecta concurrencia.
Mientras caminaba presuroso por  el Parque Kennedy  observando, a mi paso, gatos que corren de un lado a otro, otros que  juegan entre ellos y otros distendidos y aletargados como haciendo la siesta en  el sopor de la flamante tarde,  así entre gatubelos,  recordaba mis viejos tiempos de novel maestro allá en la escuelita “Virgen de Fátima” de nuestro Huari amado. Y recordaba con unción  aquellos días, motivado por el magno acontecimiento de la presentación de un libro cuya  autora  cursó sus estudios primarios  justamente en ella y por aquellos  años.
Llegué en hora puntual al evento, presto a escuchar la presentación  del libro, cuyo título, por sí solo, te invita a la reflexión y te encamina fácilmente por el sendero de la inferencia. No me equivoqué, les confieso, al adelantar mi opinión sobre la naturaleza y  contenido de  la  obra, sin embargo  me sorprendió gratamente y  llenóme de orgullo, al escuchar el comentario  del  docente universitario que presentó la obra.  Con lenguaje fácil desmenuzó su  contenido al tiempo de elogiar merecidamente el esfuerzo de nuestra autora. Me encantó realmente la presentación, la temática sintonizaba también con mis intereses de maestro de la Modalidad Básica Alternativa, una modalidad  abandonada por el Estado debiendo ser la más atendida, porque es ella la que paga, en términos de educación básica,   la cuantiosa deuda  del  Estado.   
           Fue una presentación matizada con cuestionamientos al sistema educativo en general y al nivel secundario,  en particular, asimismo  a la carencia de políticas inclusivas, a  una real  y decidida valoración de nuestras lenguas originarias  que, como por ejemplo el quechua, cuyo  reconocimiento como lengua oficial en la  Constitución Política,   es un mero simbolismo, un saludo a la bandera, porque las lenguas nativas siguen humilladas y proscritas y más aún  se desprecia al quechuahablante.
             Luego, de fondo, se escuchó la palabra de la autora, la misma que concitó mi especial atención  y por una muy sencilla razón, tenía enfrente a una de mis ex alumnas, esta vez de protagonista de un evento académico singular,  presentando un libro de su autoría y bajo el auspicio, nada menos, de la Universidad Decana de América.  Ni el tiempo suele borrar la imagen de nuestros alumnos y alumnas, ni su tránsito  vertiginoso nos impide  seguir hallando  en ellas o ellos su esencia sus gestos,  sus particularidades que suelen permanecer intactos. Yoshi fue una alumna virtuosa, le gustaba la declamación, y al mirarla fijamente recordaba sus más destacadas performances, una en especial, cuando recitando el poema “Canción de juventud”,  del poeta José Gálvez Barrenechea, disputó la final de los juegos florales 1993 organizado por la UGEL Huari,  destacaba también en el canto y conformó con su  compañera Rosmery Varillas  un dúo de grata  recordación en la vieja escuela. Además, claro está,  solía  ubicarse en el pelotón mayor de los mejores alumnos del aula.

Desde este torreón imaginario,  exprésole mi más cálida felicitación, lo hago con la convicción absoluta de estar frente de una autora promisoria de inimaginable proyección profesional. Una profesional  que se alza, aún  en la lozanía  de sus años, en el árido y difícil campo de la investigación científica, contribuyendo a la reflexión y a la solución de los problemas de la educación peruana. Además, saludo sus dotes de poetisa, parcela  artística que descubre en ella su sensibilidad, su conocimiento de la belleza y el extremo de lo natural, de lo maravilloso del mundo, porque como bien escribió María Victoria Atencia: “La poesía es la primavera de la literatura”  ¡Enhorabuena!





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