“La Madre Dominga”
(Rosa Elvira Zúñiga Majuan” 1949 -2009)
Corría el año de1982, memorable, para quien escribe esta nota, por las experiencias acumuladas en todas las parcelas que decanta la vida estudiantil. No quiero apartarme del motivo exacto de esta evocación y reconocimiento que tiene la marca de una personalidad que dejó huellas en mi generación: “La Madre Dominga”. Rosa Elvira Zúñiga Majuan Personalidad lúcida, llena de carisma, una mentora excepcional que llegó al magno claustro “González pradino” , en el momento justo para beneplácito y fortuna nuestra, como profesora de Educación Religiosa, asignatura signada , hasta entonces, por la intrascendencia y monotonía.
Bajo
su iniciativa y liderazgo se fundó el grupo parroquial “Jóvenes sin
fronteras” integrado por alumnos de nuestro colegio. Una agrupación
juvenil de singulares características que nos permitió crecer
espiritualmente y, por ende, como personas. Son célebres los EJE
“Encuentro Juvenil en el Espíritu”, retiros espirituales de jóvenes
huarinos, sanmarquinos, chavinos, etc. que concentrados en el local de
la extinta prevocacional, hoy “Virgen de Fátima”, intercambiábamos
experiencias de vida en sesiones largas, pero entretenidas, donde fluían
a raudales inquietudes y testimonios personales de diferente índole,
ahí donde la palomillada no estaba ausente y el espíritu adolescente se
empinaba hasta el Everst. La gesta y el rudimento de amor de muchos
matrimonios de hoy tuvieron lugar en aquél año y al calor de aquellos
eventos. Cuando las faenas diurnas concluían, ya en las noches,
agrupados en nuestros camarotes improvisados armábamos entretenidas
conversas matizadas con canciones de la época que sonaban roncas en las
radio grabadoras, en especial “Puerto Montt” y “Chiquilina” de los
“Iracundos” y los clásicos del Grupo ABBA, y más noche, bajo el
plenilunio, sentados en las ahora inexistentes gradas del patio de
honor de la legendaria "Prevuchi", acompañados de la guitarra de Edgar
Durand armábamos serenatas con canciones románticas, entre las que
destacaba "Hoy la ví", del recientemente fallecido Leonardo Fabio,
todas ellas dedicadas a nuestras aún tiernas Dulcineas que a esas
horas nos escuchaban desde, sus también, improvisados aposentos.
El
entusiasmo que inyectó, la Madre Dominga, en el grupo de adolescentes y
jóvenes de la época, estuvo acompañado de iniciativas sin precedentes
hasta ese entonces: Las labores de proyección social como las visitas a
los enfermos del Hospital "Santo Domingo de Huari y a los presos de la,
ahora inexistente, cárcel pública de Huari , así como también las
actividades tendientes a recaudar fondos para la Navidad de los niños
huarinos, proyectando, para el efecto, suculentos largometrajes de
estreno como “María” del colombiano Jorge Isaacs, “Supervivientes de
los andes”, “La laguna azul” , “Río salvaje” “La mochila azul” y otras
divertidas como la de "Palito" Ortega, etc. Todas ellas, de gran
suceso, lograron impactar positivamente en la ciudadanía. Sin canon
minero, mas con honestidad y vocación social, en aquella Navidad del
82, se distribuyeron sofisticados regalos, nunca antes vistos, a los
niños huarinos. Cabe también mencionar que bajo su iniciativa logramos
tener entre nosotros al grupo latinoamericano "Rímac Llacta" y sus
fabulosas interpretaciones. Este grupo sirvió de inspiración a los aún
púberes: Llomito Zorrilla, Marquito Mory, Yofre Cisneros, "Chopo"
Herrera y a nuestro inolvidable "Ruso", asesinado por las hordas del
Grupo COLINA, que cursaban el primer año de secundaria, para luego,
ellos, fundar aquella recordada y tierna agrupación pionera en su
género llamada "Los Huayruritos".
Años
más tarde, acompañado de Javier Solís, visitámosla en su domicilio
Sito. en Gregorio Escobedo -Jesús María- y el hilo conductor de nuestra
amistad se fortaleció. Y fue así que frecuentábamos, bajo su gentil
invitación, a los encuentros y retiros convocados por el grupo juvenil
ecuménico “Comunión y Liberación” que se realizaban en lujosas
casonas de Chaclacayo auspiciados por el “Opus Dei”, corrían los
finales de los 80 e inicios de los 90. Aquellos retiros nos sirvieron
tambien para crecer, sin embargo, fueron exploraciones significativas
de una vertiente de la Iglesia Católica que no correspondía ni se
acomodaba a nuestros principios ni convicciones. Las anécdotas del
primer encuentro son fabulosas: Dos mozuelos "serranos" en un océano de
“pitucos limeños” que hacían esfuerzos infructuosos por descollar y
hacer sentir su voz…
No
sé si atreverme a afirmar que por esos años, exactamente en el verano
del 89 , se definió alguito de nuestro “destino”. La oferta de alistar
maletas para viajar a la ciudad de “Chuquibambilla” capital de la
provincia de Grau, en Apurímac, con el fin de asumir la docencia
universitaria en la facultad de educación que ellos regentaban, con
todos los privilegios y ventajas económicas, laborales y profesionales,
nos entusiasmó. La tentadora oferta fue aceptada y rubricada sin
vacilaciones. Consultados nuestros padres, telefónicamente, nos dieron
su aceptación y también su
"bendición" . Fue tan rápido todo, nuestros boletos aéreos pagados,
en primera instancia, para el Cuzco, para luego enrumbar a nuestro
final e ignoto destino. Sin embargo, un comentario desafortunado de
“Kenny”, uno de los co-expedicionarios, en la víspera del viaje,
refiriendo haber escuchado que en Chuquibambilla, las demenciales
hordas de "Sendero Luminoso" habían asesinado varios profesores y,
añadido a esto, los temores y dudas de don Hernán Solís, padre de
Javier, que a última hora desautorizó el viaje, truncaron y
pulverizaron aquella auspiciosa oferta. Más tarde nos encontramos con
uno de aquellos “expedicionarios” que sí logró viajar y nos refirió
emocionado que todos, de aquella hornada, lograron maestrías en
universidades europeas y hoy por hoy son reconocidos catedráticos…
Mi
recuerdo y agradecimiento a “Madre Dominga” por sus consejos y
enseñanzas. Quienes elegimos caminar por el fascinante derrotero de la
docencia, intentamos perseverar en todo cuanto ella nos legó con su
ejemplo: Entrega generosa por los niños y jóvenes, en especial por los
más necesitados.
"JOVENES SIN FRONTERA" 1982
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