martes, 17 de enero de 2012

 
Maria Elena Aguirre en la parte sosteniendo el regalo
En verdad, las vacaciones para un empleado público ,como este modesto servidor,  resultan nominales y meramente formales. La agenda se agiganta, se multiplican los quehaceres, las tareas pendientes asoman esperando su cumplimiento. La presente semana esta repleta de responsabilidades: Hoy martes  17 de enero  mí agitado peregrinaje me hizo recalar en el Hospital “Cayetano Heredia” para cumplir algunos deberes familiares. Pasearse de especialista en especialista, de ventanilla en ventanilla,  y en verano,  resulta estresante. Por fortuna para mi familia. en particular y para los huarinos, en general, tenemos pasisanos generosos entre ellos Elenita Aguirre Jara, -Jefa de Asistencia Social-  que con su corazón inmenso y desinteresado nos abrevió y facilitó el trabajo. Resalto este hecho por una sencilla pero poderosa  razón: Siempre que ayuda a un familiar, amigo o paisano lo hace con cariño, sin fruncir el ceño, disfrutando y sonriendo. Elenita honra a su profesión, quiere a su familia  y  hace quedar bien a los  huarinos. Cuando hablo de Ella, hablo por todos quienes tocan la puerta de su corazón y encuentran su apoyo y generosidad. Sin embargo, inevitablemente se acerca a mi memoria aquellos  versos  contestatarios  de Fredy Mori, vate huarino, que dicen: ¡Huari, a cuántas bestias haz loado pueblo dormido!   ¡Inocente ante toda mentira, ante todo crimen, haz loado a cuántos miserables¡  Ciertamente, cuánta razón tienen estos versos y cuántas imágenes, nos recuerdan,  de  congratulaciones  a políticos y personajes de dudosa reputación.  Es tiempo de  premiar a los mejores hijos de nuestro pueblo, no por su fortuna e influencia sino por su impronta y huella trascendente. Como ella,  hay muchos profesionales huarinos, que desinteresados y sin  distingos alzan diariamente su mano fraterna para ayudar a sus coterráneos.

Mi tránsito por ese nosocomio me permitió también encontrarme con un viejo y noble  amigo,  el Dr. César A. Ramírez Cotrina, deportista, músico, bohemio y escritor , que  se desempeña como Jefe de  Traumatología. Mientras ordenaba con diligente atención atender a mi esposa,  nos dimos tiempo para recordar viejas  vivencias,  como aquellas cuando la pelota rodaba alegre llevando consigo fatigosos bríos juveniles en defensa de su entrañable colegio “Carlos Alberto Izaguirre” y  de su equipo “Cóndores de Chavín”. Ello,  amerita un capítulo aparte.

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