lunes, 26 de julio de 2010

Los primeros cuarenta y cinco...

Muy temprano, mi querida esposa me despertó con un rico y caluroso "Ponche de chicha" , chicha de jora que mis padres acompañaron a su siempre generosa encomienda, repleta de aromas y sabores huarinos; y mi hijo con un cariñoso beso, muy temprano, fuera de lo común, pues está de vacaciones y tiene licencia para prolongar sus sueños y dormir plácidamente. me entregó su pequeño regalo, tres calcetines que los voy a necesitar en este invierno agrisado y frio.
El número "45" que es la edad que hoy termino, ha sido importante y concurrente en mi vida, por lo del fútbol que fue una de mis pasiónes y fue el medio que me permitió conocer ciudades y ganar amigos; y hoy metafóricamente, me permite reflexionar en voz alta y decir que el Primer Tiempo ha concluido.

No voy hacer ningún balance, pero si resaltar algunas jugadas y no pocos goles que anoté en la gran batalla de la vida: Mi mejor gol, mi querido hijo ; la mejor jugada, el ganar el corazón de mi esposa y tenerla para siempre; El mejor pase gol, el que me llevó a ser maestro de escuela que es mi pasión eterna. Mi cuerpo técnico, sin lugar a dudas , mis adorados padres, aquellos que se batieron en la vida y nos dieron - a los siete hijos-todo de sí para ser personas de bien; mis compañeros de equipo mis hermanos: Gino, Rucu, Miqui, Vlady, Michel y mi linda hermanita Pilar, junto a mis amigos cercanos como Javier Solís, Miguel Vidal Solís, etc; el mejor escenario dondé alterné sin lugar a dudas mi tierra linda, Huari, también Ampas pueblito andino que se encuentra burilado en mi mente y corazón; e Independencia, distrito limeño al que aprendí a conocerlo y quererlo que es el actual escenario donde trascurren mis días y noches de labor docente.


En este día, hay también espacio para el agradecimiento a Dios y a "Mama Huarina" que me permitieron vivir bajo su amparo y me regalaron pequeños dones con el que fui y soy feliz: : La docencia, la poesía, la música, el deporte me permiten decir sin asomo de soberbia ¡Gracias a la vida que me ha dado tanto¡ siendo ese tanto la satisfacción más no la fortuna material que como ustedes entenderán para un humilde maestro, suele ser una utopia.

En cuanto a los goles que me anotaron, a los faltas que cometí y me cometieron, a las tarjetas amarillas y rojas, los guardo para mí, algo tiene que quedar en mí, porque ningún hombre en la vida ha estado excento de ataques arteros, de zancadillas, envidias y malidicencias y porqué no de errores.

Apelo a la voluntad de Dios y aguardo con esperanza que el Segundo Tiempo sea más auspicioso y que, en esta avanzada me acompañen los seres a quienes más amo y quiero en mi vida y si por ahí - que es lo más probable- ya no llego a concluir el Match, esto sea cumpliendo mi misión, dejar a mi equipo con el score asegurado.

Gracias.

1 comentario:

  1. Interesante ensayo, no sólo por la belleza del lenguaje, sino porque de la lectura del mismo, se siente la emotividad que le pones a cada a una de las palabras que enlazas con tu tema.

    Saludos,
    Madeleine C.

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