lunes, 2 de abril de 2012

API DOLORES: Efluvios de "Semana Santa"

Marzo, mes de matrículas en la escuela pública, nos  convocaba a todos los maestros a nuestros destinos. Y Ampas, pueblo de siembra y cosecha fértil de saberes, triunfos y amistades, que hoy por hoy sucumbe víctima de la migración y el voraz gusto citadino de sus habitantes, nos esperaba y recibía calmo con sus mudos sembrios, con maizales y trigales en flor, saludándonos al son de la brisa mañanera y de la inenarrable sinfonía de los pajarillos.

El Api Dolores hirviendo en ollas de barro
Al asomarse la "Semana Santa" esperábamos como de costumbre la visita de los "principales" del pueblo, ellos  llegarían a ofrecernos el "Api Dolores". Efectivamente, irrumpian por el portón herrumbroso de la escuela en alegre tropel, portando sus ollas de barro y canastas repletas de pan de trigo artesnalmente molido, venían regando los caminos con alientos de anís para el trueque místico con nuestros cirios y velas, que para el efecto, ya los teníamos guardados, acto que sellaba nuestra mutua adhesión a la grandiosa causa del Cristo doliente, y obediencia al mandato de uno de los muchos inapelables decretos consuetudinarios. Era el inicio de la "Semana Santa"

Preparación del Api Dolores en la Casa Avendaño
El "Api Dolores" potaje que, en castizo significa "Mazamorra de la Virgen Dolorosa" tiene un ingrediente descollante: El "Anís de campo" hierba silvestre e indómita de aroma insondable que muchas veces de niños, los huarinos, solíamos arrancar de raíz en nuestras correrías diurnas por los frescos y verdosos "Sheque", "Patashgaga" y "Chucllushpampa". Esta deliciosa mazamorra andina es el signo gastronómico de la "Semana Santa" en el mundo andino rural. Es de origen campestre. Lo preparan siguiendo los designios de los ancestros, sin ninguna mácula de caprichosa modernidad, con Chuño de maíz y papa, membrillo y anís de campo. Es para este modesto servidor el que exhala el mejor de los aromas, y si es preparada en Ampas mucho mejor. Afortunadamente lo sigo degustando. Siempre por estos tiempos mi dulce y generosa madre a sabiendas de mi irrenunciable predilección, acompaña en sus encomiendas la rica mazamorra de marras, de manera que puedo alardear este inmerecido privilegio. resultado en cierta medida de mi porfiada adhesión a mi Huari y a su más entrañable y bucólico contorno: Ampas, pueblito colgado del cielo.
En el presente año alisto maletas para viajar a mi Huari querido. Mi prima "Elichita" Avendaño  es la funcionaria principal. Después de casi una década estaré diosmediante en Semana Santa espero esta vez sí  visitar el pueblito donde inicié mi periplo docente, lleno de hermosas vivencias que lo tengo guardado  en el cofre de mis preciados recuerdos: Ampas

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