Una
declaración desafortunada, empujada por una obnubilación o un amago de
delirio que suele acometernos a todos los mortales, ha situado a una de
nuestras congresistas en el pináculo de
una popularidad indeseada. En un
país donde la pobreza campea y pasea aun oronda y el sueldo mínimo espanta e indigna, era imposible
digerir tamaña confesión de la ex voleibolista Leyla Chihuán: “El sueldo
de congresista no alcanza por el ritmo de vida que tengo”. Ahí comenzó esta historia con ribetes de
indignación e ironía que ha sacudido e
involucrado incluso a la RAE.
El
apellido CHIHUAN se ha lucido
en el ingenio de los maestros del
humor y los predestinados para la
chanza y la broma; también en las portadas de los periódicos populares que
lucieron hilarantes titulares; y en el ciberespacio, especialmente en las
redes sociales, fue tendencia indetenible durante varias semanas. CHIHUAN, de apellido pasó a ser adjetivo y
sustantivo en vertiginosa
travesía semántica.
No
podemos soslayar, eso sí, al momento y a la coyuntura en que asomó el
desliz imperdonable de la ex voleibolista nacional: Su partido político
señalado por la justicia como una organización criminal y con bajísimos niveles
de aprobación popular y su lideresa
entre rejas y además el desprestigio creciente del primer poder del Estado, hicieron que la declaración
desafortunada afecte las fibras sensibles de una sociedad sumida en el
hartazgo y la indignación frente a una
clase política de la que ella era parte importante como miembro activo de su
mesa directiva.
Por
otra parte, conforme pasaban los días, la celebridad del apellido, o mejor
dicho, de la palabra CHIHUAN fue en aumento y su uso cotidiano se incrementó calando hondo en la
memoria popular. Desde nuestro lejano Huari, mediante el portal Huarilindo se informó de la existencia de un poblado que tenía justamente el nombre
CHIHUAN, las imágenes que propaló el
mencionado portal, con un letrero que anunciaba el nombre de aquel caserío
remoto de la patria, se viralizaron . No era para poco pues el encanto de este
pueblo con su topografía accidentada, sus casitas dispersas como colgadas del
cielo, su gente amable y
hospitalaria, y su tranquilidad
contagiante, ajenos al estribillo y a las encrespadas olas que su nombre ha
levantado en nuestra patria. CHIHUAN es un típico pueblo de nuestra serranía asociada a la paz, la
tranquilidad y laboriosidad de sus moradores.
Hace unos años me encontré con la "famosa voleibolista" y accedió tomarse una foto conmigo, creo que ha sido una de las más destacadas de su generación, sin llegar a igualar a las de la generación dorada de nuestro vóley nacional, sin embargo, como algunas de ellas (Cecilia Tait, Cenaida Uribe y Gaby Pérez del Solar) decidió incursionar a la política aprovechando, claro está, de su calidad de deportistas destacadas. sus performances no fueron de la más positivas principalmente por su falta de preparación política, aunque es cierto también que esta incursión no fue culpa de ellas, sino de las tiendas políticas se aprovecharon de su nombradía y ascendencia popular. Sus aportes han sido mínimos o casi nulos, lejos de las merecidas glorias que ganaron en el deporte.
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