¿Qué fue de aquel ovillo de
papel? Me sigo preguntando ¿A dónde fue a parar el símbolo de tu sueño más
preciado? Aquel que con tu madre hallamos, entre el desorden natural de tus
días de adolescente, al ingresar a tu cuarto
en la noche lejana de invierto del 2006. Dormía plácidamente encima de tu alborotada alcoba, lo tomé entre mis manos, lo acaricié, estaba
muy bien hecha: compacta, redondita
y cubierta con cinta maskíng. Sentados ambos, con tu madre, en la vera de tu desordenado lecho, nos
miramos en silencio y luego vino el
dialogo el cual giró en torno a tu
“desmedido” y porfiado apego al fútbol
¿Qué fue de aquel ovillo de papel? Me sigo lamentando. Signo de mi intolerancia y egoísmo imperdonables. Pelota de papel que supliera los sendos balones de diverso colorido y tamaño que guardabas y atesorabas en tu “biblioteca” y que en un arranque demencial los desaparecí para, según yo, distanciarte del fútbol y acercarte más al estudio ¡Craso error el mío! Que cegado por mis deseos no comprendía que estaba alejándote de tus sueños y arrastrándote a los míos y negándote el legítimo derecho de ser libre y ser feliz.
¿Qué fue de aquel ovillo de
papel? El mismo que recordé cuando César Cueto, “El poeta de la zurda” , fijara su mirada en tu talento para llevarte
a su Alianza Lima y ponerte en los umbrales de tu sueño más preciado. Ese momento cumbre de tu orgullo deportivo , que jamás ha de borrase de la memoria familiar, nos acompañará por siempre y más en nuestras tertulias de balón . Además, porque fue tu abuelo el que le alcanzara tu nombre al "Poeta de la zurda" en medio de la algarabía de todos. Y ese recuerdo, de aquel balón que fabricaras con
maestría para hacer “pataditas” en tu pequeño
e íntimo dormitorio, me permitió comprender la dimensión de mi desatino. Y gracias a esa brillante y feliz
oportunidad que te regalaba la vida, intenté resarcir y luchar contigo para hacer realidad tu sueño. Lo que vino después, ¿Recuerdas? Largos meses de prueba
con aquella “Sub 17”, viviendo entre el
colegio y los entrenamientos rigurosos hicieron posible que tu nombre salga en la lista privilegiada que te daba el pase para internarte en el club "Blanquiazul". Sin embargo, entre gallos y medianoche todo cambió y esa historia no es digna de escribirla (…)
Luego vinieron días de
frustración, de indecisión y oscuridad. Hasta que
luego de una charla reconfortante
en la “Universidad Agraria” justamente con César Cueto que se encontraba
acompañado del “Tanque” Guillermo La Rosa, volvimos a casa y en la intimidad de la charla familiar acordamos que postularías a la universidad y paralelamente seguir probando suerte en el
fútbol. En adelante como sucede siempre en la vida. en que los grandes amores y las pasiones jamás se borran ni se desprenden de uno porque son parte de tu esencia, el fútbol, tu amor y pasión, te acompañaría POR SIEMPRE.
Ya en la universidad, instalado en tu facultad, desde el arranque hasta tu egreso te convertirías en el referente de ella; y la vida te regalaría a uno de tus mejores amigos: Martín Duffo, el ex zaguero de “las selecciones nacionales” que por aquellos años dirigía al equipo de la facultad de Derecho. Sin duda, un ser humano, que además de ser tu maestro, fue y sigue siendo tu buen amigo, al que vale la pena recordarlo con gratitud por sus sabios consejos y su amistad.
Hoy, día feliz de tu cumpleaños, me he dado el tiempo para hacerte este breve homenaje enlazando, para el efecto, uno de los capítulos más bonitos de tu vida. Espero que al leerlo sepas que aquel "ovillo de papel" que elaboraste aún juguetea en la memoria de tus padres y es el símbolo de tus bemoles y también de tus días felices, pero también de nuestra incertidumbre. Gracias a Dios, aquel pequeño que naciera a la vida un 22 de agosto en el Hospital Santo Domingo de Huari a las 6 de la tarde, "atendido" por mis queridos amigos de aquellos años: "El Dr. Salvador, el Dr. Flores y esposa, y ante mi nerviosa presencia que, según tus abuelos paternos que se encontraban en los exteriores, me hiciera perder unos kilos de peso, es, hoy por hoy, un profesional del Derecho que va haciendo su camino ya sin "ovillo de papel" sino con "rumas" de expedientes defendiendo los intereses de la patria.
Finalmente decirte, que si bien hoy día no nos fundiremos los tres en un abrazo interminable ,por las circunstancias que vive la patria y la humanidad, de seguro lo haremos más temprano que tarde , y Dios ha de querer. Como bien me invocaste con acento conmovedor la última vez que visitaste la casa : " Solo quiero que cuando esto pase estemos los tres y ¡cuídense por favor!"
¡FELIZ DÍA CHOLITO!