Dra. Antonieta Vara Palomino. |
Hoy, "Jueves Santo", hago un alto en mi torreón imaginario para escribir estas líneas y regalarlas a la Dra. Antonieta Vara Palomino de Zúñiga, esposa de mi caro amigo el maestro Homero Zúñiga Vidal, una profesional intachable, madre ejemplar y ciudadana proba, cuya impronta frondosa es inspiración para sus amados hijos y, en especial, para los nuevos docentes forjadores de la patria, a los que, junto a su esposo, ayuda a formarlos en su casa superior de estudios ubicada en la ciudad de Huaral.
Mujer decidida e inflexible, firme en sus propósitos, consecuente con sus ideales, ha llevado sobre sus hombros fatigosos la noble tarea de entregar a la patria grandes profesionales de la educación que, desde hace más de tres décadas, fructifican en los senderos intrincados, sinuosos, sin embargo, seductores de la docencia. Su profesionalismo y el de su eterno compañero de mil batallas, han sostenido una empresa ganadora que se ha incrustado merecidamente en el corazón del “Norte Chico” y es, sin duda, un patrimonio inmaterial de la ciudad de Huaral.
Hace poco, en una de las tantas charlas que solemos animar con el Maestro Homero, refirióme conmovido y con la fuerza de su amor indestructible, que su amada esposa se encontraba delicada de salud. La noticia me entristeció sobremanera. no obstante, me dijo, no tengo dudas que vencerá la enfermedad y la pulverizará porque tiene como aliados el amor de sus hijos, su carácter inflexible e indoblegable y el auxilio de la ciencia puesta a su disposición. Este giro intempestivo, este recodo peligroso que en el tránsito de su fructífera existencia asoma amenazante, no ha frenado su marcha serena hacia adelante, ni ha debilitado su fe, ni su porfiada apuesta por la educación, tan así que en ningún momento ha dejado de pensar en su casa formadora de maestros: el “Instituto Superior Pedagógico Privado Juan Pablo II” a la que ha dirigido con solvencia profesional por más dos décadas, sin que su ímpetu y motivación declinen.
Me contaba el maestro Homero que cuando nació la idea de la creación de su Instituto Pedagógico, pensando en dirigirla, realizó estudios de Maestría en Administración Educativa y de doctorado en Educación para así tener las herramientas teóricas , metodológicas y prácticas que le permitan gerenciar la, hoy por hoy, exitosa institución formadora de maestros. Ama tanto a esta creatura que , a pesar de su delicado estado de salud, no deja de pensar en ella y no ve las horas de retornar.
El año pasado, con ocasión de la presentación del libro de mi autoría “APUNTES DE BITÁCORA, Recuerdo de mi terruño” la tuve entre mis invitadas de honor, sus calidades personales y profesionales así lo ameritaban y además su altruismo y generosidad evidenciada en la apuesta por la cultura y su atención a mi llamado porque su “Instituto Superior Pedagógico Privado Juan Pablo II” sea la que auspicie la publicación de mi libro y su esposo, el maestro Homero, el obstinado e inquieto editor. hecho que compromete mi agradecimiento sincero y eterno.
Desde este torreón imaginario, cuya visión privilegiada me permite avistar mi pueblo, a mis amigos, a mis colegas y a mis alumnos; en general, a todo cuanto encierra el circulo afectivo de este cóndor, “nostálgico y errante” que suele agitar sus alas con singular y expresiva alegría celebrando la amistad, el compañerismo y la camaradería, y se entristece cuando las nubes borrascosas y las lóbregas noches asolan de tristeza y dolor a su pueblo y a sus huestes. Desde este torreón imaginario, hincado, hoy jueves santo, a los pies del Cristo doliente elevo mis preces al Altísimo por la salud y pronta recuperación de tan honorable y distinguida profesional, y extiendo mi aliento a su familia nuclear, en especial a mi grande amigo Homero Zúñiga Vidal.
Sé que pronto se disipara este enojoso y doloroso momento y ella estará de vuelta con su valija intacta portando su férreas convicciones , su liderazgo y ese principio de autoridad que la distinguen, estará con su voz privilegiada de soprano levantando llamaradas de emoción y peruanidad, volverá también su altivez, su sonrisa contagiante y su compromiso indeclinable con la educación y su siembra fértil. Y de seguro, en algún momento ensayaremos una tertulia donde la mente y el corazón se entretengan con los tópicos más seductores como son el arte y la cultura, el quehacer político y obviamente la educación.
Adelante bella cuzqueña, como Cusi Coyllor, con el poder de los Apus, con la inteligencia de los emperadores del incario, con la fuerza hercúlea de Cahuide y con el obstinado y terco afán libertario de los Túpac Amaru I y II. Adelante mis entrañables amigos de la familia Zúñiga Vara, estamos con ustedes en este duro momento, uniendo fuerzas, eslabonando oraciones a Dios y a la Virgen María, nada es imposible para ellos. Estoy seguro que el "Señor de los Temblores", patrón jurado de la ciudad que la viera nacer acogerá nuestras plegarias; y nuestra " Virgen del Rosario" como en la decisiva Batalla de Lepanto, ha de regalarnos el triunfo inapelable frente a esta intempestiva enfermedad.
Así sea.
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