Silvio Abelardo Huertas Asencios, uno de los escritores más importantes de Huari, está cumpliendo 80 años y permítanme expresarle mi cálido saludo de amigo y paisano
Lo “conocí” a través de “Alba y Valle” su primigenio poemario, cuando niño lo encontré rebuscando en el baúl de mi señor padre, alumno suyo en la extinta Escuela Normal y al leer el primer poema mi alma infantil quedó deslumbrado por los versos que aún recuerdo con cariño: “Es el alba… Llora la noche la muerte de sus sombras, y se extingue. Rasga el cielo sus velos de penumbra” Leer aquel poemario fue para mí un auténtico descubrimiento, luego comprendería, que justamente la poesía tiene esa capacidad, desnuda el alma del poeta. “Alba y Valle” con sus poemas al amor y el desamor, a la madre ausente, al hermano, al amigo, a la patria pequeña, a la aldea olvidada, retratan al poeta enamorado de su querencia en el mas amplio sentido de la palabra. Dije, lo conocí a través de sus poemas mas no personalmente. Años más tarde me interesé en saludarle y conversar personalmente con él, y fue así que en el octubre lejano del 85 en instancias que degustaba su rico “Picante de cuy” en una kermés organizada por el aún flamante Pedagógico Público de Huari, me lo presentó mi padre y desde entonces se convirtió en mi amigo y maestro.
Silvio Abelardo es un intelectual exquisito y versátil: sus poesías, crónicas, canciones y breves ensayos así lo dicen. En sus años de docente ejerció con solvencia el periodismo y la locución, fundó las revistas “La Simiente”, “Conchucos” y “Luz en los Andes”, en 1962 ganó el concurso de poesía convocado en homenaje a “La Semana de Huari” con su poema “Canto a mi Tierra”, ya en la década antepasado publicó Killiksha” primera obra cultural en su género , que trasunta y delinea el pensamiento del parnaso intelectual y cultural de la provincia de Huari; ha escrito también artículos culturales y de opinión en las revistas más importantes de la región.
Silvio Abelardo fue y es un gran Maestro, fruto de su impronta pedagógica ha sido merecedor de las “Palmas Magisteriales” distinción que otorga el Ministerio de Educación a los más destacados maestros del Perú. Fue maestro de campo que en las escuelitas de su patrio suelo tuvo a muchos niños bajo su cuidado, a quienes les daba saber y amparo, con paciencia y ternura; fue también maestro de maestros en la Escuela Normal de nuestro Huari, donde dejó la huella indeleble de su personalidad altiva y su indiscutible talento. Sirvió a Huari en diferentes parcelas del saber y el arte, sin ser político ha sido crítico frontal de las miserias e incongruencias de las autoridades, sin ambages ni medias tintas ha señalado, muchas veces, las felonías de los impresentables que a costa del presente y futuro de Huari conspiraron contra su desarrollo y prosperidad. Sin embargo, es el escritor que ensalzó la belleza de su querencia, su riqueza cultural, el talento de sus hijos, sin mezquindades ni el sentido de la oportunidad. Lejos de las poses y miserias de los plumíferos que cual mercancía barata venden su pluma al mejor postor. Probó y decente que jamás pactó con los infames que hablan a media voz.
Felices 80 Silvio Abelardo, que el Divino Hacedor y nuestra santa intercesora la “Virgen del Rosario” te colmen de bendiciones para que sigas proclamando con fe, devoción y acendrado cariño al terruño: “Vibra mi voz en mil ecos ¡¡Huari!! Leo tu nombre en las auroras del tiempo…” Un saludo también a su inseparable cófrade la tía Dina Zrlaya y a sus hijos e hija, mis apreciados amigos..
Madrigal
Tierra altiva que fundara Juan Huarín,
dulce nido
que prodiga su calor.
Cuna de historia y tradición hospitalaria,
noble y leal, así tú eres
bienamada por doquier
Ciudad bella
del Waganku encantador
dama altiva
de elegancia y esplendor.
Todos te admiran
En la fe que tu profesas
con unción a nuestra madre
del Rosario celestial.
Vibremos juntos con amor
Gritemos todos con valor
¡Que viva Huari”
su causa ha de triunfar.
Orgulloso de esa tierra
en que nací,
hoy añoro las delicias
del ayer.
Volver quisiera a contemplar
todo el encanto y fulgor
que atesora tu ambiente acogedor.
( Vals de Silvio Abelardo Huertas Asencios)
No hay comentarios:
Publicar un comentario