Una oración por el alma del Maestro Alejandro Rivera Ramírez, que partió a mejor vida la semana pasada. Perteneciente a la primera hornada de maestros de nuestro glorioso colegio “Manuel González Prada”. Además de docente, fue un intelectual de polendas, involucrado y preocupado con la Educación de Adultos. En vida, nunca se desvinculó de Huari y fundamentalmente del nuestro glorioso colegio. Cuando la ocasión ameritaba, pese a su avanzada edad, asistía regularmente a los eventos culturales y conmemorativos organizados por la colonia huarina, en los que, en algunas oportunidades, discurseaba breves pinceladas de su paso ya lejano por las aurorales aulas de nuestro colegio. En mayo pasado, con motivo del “Reencuentro González Pradino” se le vio departir alegremente en compañía, entre otros, del Prof. Víctor Acuña Soto ex discípulo suyo, perteneciente a la Primera Promoción.
Mi homenaje sincero al Dr. Alejandro Rivera Ramírez, personalidad insoslayable en la dilatada historia de mi Alma Máter que, en adelante, adornará la galería de los docentes históricos que con sabiduría, esfuerzo y dedicación iniciaron su derrotero glorioso.
Finalmente, expreso mis condolencias a sus hijos y demás familiares por tan irreparable partida, con la seguridad que su alma y su legado morarán eternamente en el corazón y la memoria de los suyos.
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