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Almuerzo en la Huerta de la casa de Huari |
La madre tierra, la patria pequeña, nos reconforta el espíritu, nos revitaliza el cuerpo y espanta la tiranía del tiempo, ahí, las horas pasean distendidas y sin apuros. Ella, alberga, en mi caso, lo más preciado: Mis padres y junto a ellos al Benjamín de mis hermanos y su familia. La compañía de ellos - mis padres- le da sentido al retorno. No admito, o mejor dicho no estoy en la capacidad de comprender la felicidad plena del regreso sin ellos. Mi terruño y mis padres completan el escenario perfecto del "Retorno". Llegar a mi casa luego de muchos meses de ausencia resultó, más allá de abrazarme con la tierra que me vio nacer, grato y aleccionador. Es que la vida es lección eterna, el aprender es un ejercicio permanente. Debo reconocer que algunas tareas no cumplidas, muchas de ellas omitidas, las estoy cumpliendo. Resultará absurdo para muchos que alguien como yo, que vivió la mayor parte de su vida en Huari y tuvo tiempo de sobra para cumplirlas, haga tales afirmaciones. Por ejemplo, pocas veces, al visitar Huari estuve más cerca de ellos. El deporte, la bohemia; la algazara amical, que también es grata, lo consumía todo. Ahora las cosas han cambiado. La semana de descanso en el amado terruño resultó placentera. Mi solariega casa, mis padres y hermano, mi esposa e hijo y mi caro amigo Javier Solís , quien al igual que yo viajó con toda su familia, hicieron mi estancia gratificante.
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Con la familia y amigos en Purhuay |
La laguna de Purhuay fue nuestro primer destino, se cumplía una parte de la programación de la Semana Turística. Llegamos en la tarde cuando Purhuay, en mi opinión, exhibe su más galana belleza. El cielo azul, los rayos del sol cayendo perpendicularmente, las tímidas olas, el sopor de los arbustos, las aguas transparentes, trascienden paz y por ende el alma se regocija. Departimos la tarde en compañía del Maestro Yovany Huerta Jara, Fernando Mejía, y Ronald Valle quien se desempeña como jefe de la policía de carreteras de la zona de los Conchucos. Conversamos diversos temas, evocamos años idos y amigos comunes. Fue ocasión para hablar de música y deporte, al tiempo de contemplar la belleza de la laguna. Hubo tiempo también para estrechar la mano de paisanos, amigos y parientes. Nos topamos con Carmen y Susy Trejo, distendidas y revitalizadas paseaban, junto a sus hijos, por tan hermoso lugar. La degustación de las comidas típicas no fue bien organizado, lamentablemente, tengo que decirlo, se notó mucha improvisación La nota amarga de tan bonito paseo fue constatar el voraz apetito de los taxistas que con sus tarifas desmesuradas hacen de Huari la ciudad más cara del mundo. Alguien tiene que hacerles entender que estas actitudes espantan el turismo y no coadyuvan en los legítimos propósitos de convertir a Huari en un destino importante.
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Casa Hospedaje Campestre "Sipudieras Amarme" |
Con mi primo Edwin Avendaño Hidalgo, hemos compartido muchas vivencias, con más intensidad en el Pedagógico de Huari, donde fue mi maestro y posteriormente mi colega. El deporte, el teatro, la música, la entretenida bohemia nos eslabonó. Cuando alumno, a mediatos y finales de los 80, participamos en avanzadas culturales y deportivas. Llegamos a Chingas, Llamellín, San Marcos, Chavín, Huacaybamba y Huaraz. A éste último llevando teatro y presentándolo en el “Cine Radio” tres funciones por una noble causa: “La Navidad del Niño Huarasino”, especialmente invitados por la Sra. Elena Avendaño Morales. De manera que me dio mucho gusto encontrarme con él y pasar una grata tarde en su proyecto que por ahora, espero, lo llama “Sipudieras amarme” ubicado en el bucólico “Patashgaga” a poco más de medio Km. de la ciudad. Realmente quedé impactado. Celebré y congratulé su osadía. Por las características del proyecto, que según él está en un 80%, en el futuro se convertirá, sin duda, en un punto turístico. Tiene un área de 2000 m2 y colinda por el Este con Ulia, por el Norte con Huangá. Cuenta con espaciosas habitaciones, una sala de recepción grande con cuatro ventanas de donde se puede apreciar todo el esplendor del valle del río “Ucushchupán”, también Huancarpata, Chancullo, las mustias sementeras que en esta época del año exhiben su atuendo dorado y Cajay que con su sinuosa carretera asfaltada despertó mi sana envidia y desazón de cara a nuestra descuidada ciudad. ¡Me imagino los dulces sueños arrullados por el manso río y las noches serenas bajo la luna eterna! Cuenta también con un espacio “Agro ecológico demostrativo”, allí destacan los andenes, a la usanza del Tahuantinsuyo, colmados de alfalfa. Me imagino la ardua labor para convertir este lugar pétreo y accidentado en algo lleno de vida. Debajo y al costado de los andenes, junto a la roca madre de Patashgaga, están los criaderos de cuy y conejo bien acondicionados y distribuidos. Las anécdotas en torno a su construccion, relatadas con el estilo alegre e inconfundible de mí querido primo, resultaron hilarantes y
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Vista Panorámica desde "Sipudieras" |
aleccionadoras (Javier Solís fue el otro invitado). En la parte baja se han plantado árboles frutales, destacan los manzanos y peras, junto a ellos existe un espacio, tipo cama, de lombricultura que abastece a los sembríos aledaños, de manera que la producción está garantizada. Me olvidaba mencionar el espacio destinado para las “peleas de gallos” ubicado a la entrada, ha sido necesario para ello horadar la roca. En una de las pendientes que funge de lindero con las casitas aledañas se ubicará la gruta del "Corazón de Jesús" prácticamente la naturaleza se encargó de diseñarla. La silueta accidentada de este promisorio lugar está colmada de tempraneras bugambilias de lindos colores, que en el futuro le añadirán belleza y decoro. Finalmente expresar el deseo de Edwin, por si escribiera algo al respecto, mencionar el nombre de sus adorados hijos: “Miguel Salomón Wenceslao” y "Liena" que son para él la formidable inspiración y la razón de su vida. También a la entrañable “Tía Aquila” cuya imagen resalta en el pórtico del recinto dando la bienvenida a los visitantes. Tenía que ser así, Edwin fue su hijo predilecto. Su frase final vertida con convicción y fe hacia nosotros, sus ocasionales visitantes: “El gran desafío de nuestros tiempos, sin duda alguna, es la interacción del hombre con su medio ambiente” fue el suculento epitafio de una tarde que seguramente será inolvidable. Gracias Edwin.
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Sombrero de Domingo Angulo de la Quintana |
La Casona de la familia Vía Angulo, está en plena restauración, Gracias a la hospitalidad de don Waldo Vía Angulo visité acompañado de mi primo Fausto Bar Espinoza, mi amigo Javier Solís Barrón y mi hermano Michel. Esta casona emblemática de la ciudad fue construida, según nuestro atento anfitrión, aproximadamente en el año de 1870 por sus abuelos Domingo Angulo de la Quintana e Isolina Arana de Angulo Tiene un área de 2140 m2. Es una casona enorme de estilo colonial. Cuenta con patio y traspatio espaciosos y empedrados. El ágil y entretenido relato de don Waldo Vía nos ilustró sobremanera. En lo particular nunca había visitado esta casona, de manera cada información me resultaba interesante. Entre otras cosas nos relató que, “El Conjunto Ancashino Atusparia” paseó su arte, por única vez en la historia huarina ,en esta casona, específicamente en la sala principal que, según don Waldo, tiene una acústica especial. Esa parte de la casona está en plena restauración, queda en el segundo piso del segundo bloque. También nos relató que en este solar vivió en sus años de colegiala la Dra. Luz Áurea Sáenz, ex Contralora General de la República y ex Decana del Colegio de Abogados de Lima. Nos indicó el lugar y puntualizó lo estudiosa que era. En el patio aún quedan las alfombras persas originales y un par de asuanas, mudos testigos de un tiempo diferente lleno de grandeza. Y como reliquia nos exhibió un sombrero al estilo del ex presidente norteamericano “Abraham Lincoln” “Sombrero Tarro” que le fue enviado a su abuelo materno directamente desde la capital del Reino Unido, Londres, por un amigo. Esta reliquia data de finales del S. XIX. Luego de visitar gran parte de la casona y escuchar atentos las remembranzas nostálgicas de nuestro anfitrión nos dirigimos al último punto “El escritorio" lugar donde Don Nestor Vía, su padre, Maestro de muchas generaciones de nuestro Glorioso González Prada, pasaba largas horas junto a su esposa. En el frontis del recinto destaca el retrato de sus progenitores Néstor Vía y Celestina Angulo Arana. Del cofre de los recuerdos familiares extrajo, para mostrárnoslo con gentileza, el álbum familiar que “Huarilindo” ya comenzó a publicarlo. Hay instantáneas inéditas e ilustrativas, que para las generaciones recientes constituye un archivo de carácter histórico de un tiempo, de una época “diferente”. En algunas de ellas resalta la razón del estudio fotográfico: “Foto Palacios”. Me queda agradecer a don Waldo Vía Angulo, quien es hermano del actual presidente de la “Asociación Centro Representativo Huari” nuestro ilustre paisano
Néstor Vía Angulo, por su hospitalidad. La puesta en vigencia de esta casona es un esfuerzo digno de resaltar y un homenaje a la memoria de sus padres y demás ancestros.
He querido compartir con los amigos y paisanos está crónica desordenada, que sin embargo, contiene y explica mi cariño por mi Huari, por su historia, por su gente y fundamentalmente por mis padres, cuyos ojos llorosos de la despedida expresan el más tierno cariño hacia los suyos. Gracias papá Getulio, Gracias mamá Alcira, Gracias Michelín, Lola, Alessandro, también “Osito” el simpático y obediente peluchín, menudo sabueso, engreído del viejo.